De la primera fiesta que se tiene noticia escrita a Nuestra Señora de San Juan es la gloriosa Asunción de María a los cielos. En 1655, antes de ser declarada como la Inmaculada Concepción, comenzó ese año a celebrarse con solemnidad y lucimiento la fiesta de la Asunción a Nuestra Señora de San Juan. Y durante más de un siglo siguió celebrándose, año con año, gracias a la devoción de la familia del Capitán D. Juan Espíndola, rico hacendado de México.

Dando un brinco bicentenario, en 1885, por el entusiasmo del Capellán Mayor D. Isidoro Rodríguez, la organizó para que fuera más del pueblo de San Juan. Por eso, desde ese año, comenzó a celebrarse los 15 días y, como parte de la fiesta, salieron los tradicionales carros alegóricos, flanqueados por la cabalgata de los romanos; sin que faltaran los fuegos pirotécnicos y la música en la plaza para la serenata.

Más reciente que distante, en 1904, la fiesta de la quincena de agosto fue escogida para la magna coronación pontificia que fue celebrada a lo grande, logrando hacer concurrir una multitud de peregrinos, semejante a las fiestas del 8 de diciembre. En esa ocasión estuvo en procesión la santa Imagen original, con el aplauso de todos. A partir de esta fecha se vino celebrando la Asunción como la fiesta de la coronación de Nuestra Señora.

Y con más fiesta se celebró, cuando se cumplieron los primeros 50 años de su coronación, en 1954. Con ese motivo se celebró inter-parroquialmente un Congreso Mariano que trascendió con la presencia de Delegado Apostólico y varios eminentes obispos mexicanos. En esa ocasión se dio la bendición a la multitud con la sagrada Imagen original. Y para ser mejor vista, fue desde el atrio.

Con el aplauso de todos se vino, después, haciendo, año tras año, logrando reunir bastantes peregrinos. Para este tiempo, ya estaba arraigada como fiesta del pueblo de San Juan a nuestra Señora. Era una fiesta en forma, con carros alegóricos, música de viento, juegos pirotécnicos, los monos gigantes y serenata.

La afluencia de tantos peregrinos que querían ver de cerca a Nuestra Señora, bajada de su nicho, llevó naturalmente a que se celebrara una misa en el atrio y se diera la bendición con la Imagen bendita, con su respectiva procesión de salida y entrada hasta su trono, como se viene haciendo hasta el día de hoy.

El año de 2004, primer centenario de la coronación pontificia de Nuestra Señora de San Juan, no pasó desapercibido. Pero… ahora, se celebró en la simplicidad de hacer lo mismo con el énfasis de una fiesta con un mejor banquete de la palabra, más repiques y cantos de alabanza. Y para no olvidar, se repitió el mismo cartel del programa de hace cien años.

Y se preguntarán ¿qué pasó con la fiesta de la Asunción para el Pueblo de San Juan? La verdad es que tuvo que cambiarse al Mes de Mayo, por la gran ocupación que tenían los sanjuanenses de atender a los peregrinos. En mayo, todas las familias y gremios vienen a agradecerle a Nuestra Señora la bendición de tenerla entre nosotros.