Queridos hermanos, iniciamos el mes de septiembre y pedimos que sea de mucho provecho, en todo sentido, para todos.

En días pasados, hemos perdido a dos hermanos que ha sembrado la semilla del Evangelio en esta diócesis: primero falleció el padre Liborio, hermano sacerdote amable, sencillo y decidido por servir; pedimos consuelo  para todos los que padecemos su partida.

De igual manera, ha partido a la Casa del Padre Mons. José Trinidad Sepúlveda, quien fuera el Tercer Obispo de la Diócesis San Juan de los Lagos, él fue quien, en su momento de obispo, llevó a cabo la casa de pastoral, quien trajo al Papa Juan Pablo II a San Juan de los Lagos en aquella experiencia inolvidable que ha marcado positivamente a nuestra diócesis y el encuentro con los jóvenes de México.

Pero sobre todo, agradecemos que haya dado parte de su vida y ministerio a esta amada Diócesis. Los sacerdotes que ordenó y todas las obras sirvan para Gloria de Dios.

Él será sepultado en Tuxtla Gutiérrez Chiapas, lugar donde fue el primer Obispo. Ambas diócesis le inspiraron escribir un libro llamado: “Soy un Obispo Contento”, Frase que siempre dijo. Qué agradable es escuchar que alguien que se gasta por los demás exprese esa alegría.

Esto nos hace recordar la esperanza que todos tenemos: la vida eterna, en amistad con Cristo y cumpliendo su voluntad logramos esa preciosa meta, es decir, la más bella y definitiva.

Descansen en paz y recordémosles con agradecimiento. Sus novenarios se llevan a cabo en las parroquias como expresión de familiaridad y agradecimiento.

Esperando que ellos ya estén disfrutando del festín eterno, y que nosotros lo podamos disfrutar cuando Dios nos llame y así podamos ser considerados dignos de ser partícipes de la Morada Eterna en comunión con la Iglesia Universal.

Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.