Quiero, en primer lugar, agradecer sus fraternales oraciones por la situación de mi salud. He experimentado una vez más la fuerza de la oración de todos y agradezco a Dios la fe y bondad de todos, ahora tras la operación, he estado mejorando muy bien, un poco más delante estaré entre ustedes; servir es mi ideal, teniendo como ejemplo a Jesucristo.

Sé que aún en esta situación de enfermedad, que ya va pasando, la ofrezco unido a Cristo y sus padecimientos se transformará en buena nueva para los demás. Actualmente me encuentro físicamente en mi tierra natal, recuperándome, pero mi corazón está con los de mi amada diócesis de San Juan de los Lagos.
La oración en unidad de todos es importantísima, Jesús nos enseña a orar como familia de Dios Padre; pues oramos juntos en la Eucaristía, en las horas santas y adoraciones, de igual manera, en los grupos y sus actividades, también, en oraciones en familia y amistades, puesto que la oración une más y nos lleva a disfrutar a Dios, nos lleva a adorarle.

El Papa Francisco en su reciente visita pastoral a Colombia expresó que deberíamos orar más, resaltó que no sólo debemos aprovechar este momento para pedir o agradecer, incluso podemos aprovecharlo para Adorar al Señor.

La oración nos hace salir de nosotros mismos, ir a Dios y al prójimo y ahí mismo somos fortalecidos con la Santa Presencia Divina. Por eso, la oración nos hace solidarios con aquellos que más padecen y permitiéndonos saberlos escuchar. No dudemos que hoy Dios quiere ser  escuchado en los que han Sufrido, tanto en los sismos o huracanes, también aquí podemos medir nuestra capacidad de fe y de verdadero humanismo.
Por ello, felicito a todos los que han ayudado en la colecta del día 17 y de otras maneras para que mediante la Iglesia, que peregrina en aquellos lugares, ayude y sea ayudada en los que más sufren ahora.
Unidos en la fuerza de la oración, les encomiendo a Nuestra Madre Santísima y elevó al Señor mis oraciones.

Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.