La comunidad de Ocotes de Moya perteneciente a la parroquia de San Miguel Arcángel de Yahualica, el pasado domingo 17 de septiembre de 2017 recibió con gozo y esperanza al Pbro. Fernando Varela Gamiño, quien ha sido nombrado 1er Rector del Santuario dedicado al Señor del Encino, imagen de Jesucristo crucificado venerada en Yahualica y sus alrededores; y hemos sido testigos de que año con año, se va acrecentando la devoción en otros lugares más allá de nuestro territorio. Hoy sentimos providencial la llegada de un nuevo sacerdote a nuestra tierra, precisamente en el año en que festejamos el 270 aniversario del hallazgo de la imagen del Señor del Encino.

A las 11 horas se celebró la Santa Misa presidida por el Vicario General: Pbro. Ramón Orozco Muñoz, concelebrando varios sacerdotes que quisieron acompañar al P. Fernando en tan importante acontecimiento, que sin duda, marca la historia de este lugar de encuentro y oración… También se hicieron presentes, seminaristas originarios de este séptimo decanato, así como familiares, amigos del nuevo Rector, feligreses tanto de Yahualica, Manalisco, Huisquilco y comunidades rurales.

Al inicio de la celebración, el señor cura Santiago López, dio lectura al nombramiento, donde el Sr. Obispo Don Jorge Alberto Cavazos designa al Pbro. Fernando Varela, rector de este Santuario.

En la homilía, el Vicario General destacó que “un Santuario es un lugar de encuentro con el Señor…que ir al Santuario del Señor del Encino es darnos tiempo… porque para experimentar esa misericordia de Dios en nuestra memoria, necesitamos concentrarnos en Él. Nos invitó a que siempre que vayamos al santuario contemplemos el rostro de la misericordia de Dios en esta bendita imagen”.

Luego expresó: “Cuando vemos un Cristo, notamos que el artista quiso plasmar algún momento de la Redención… podemos ver unos Cristos que expresan aquellas palabras de: Hijo allí tienes a tu Madre, otros nos recuerdan la agonía del Tengo Sed, otros expresan ese dolor hondo del ‹‹Dios mío, Dios mío ¿Por qué me has abandonado?›› hay Cristos que manifiestan la serenidad del todo está consumado… Y hay Rostros de la Redención que nos manifiestan las últimas palabras de Cristo en la Cruz: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu… y si nos fijamos en el rostro del Señor del Encino, es un crucifijo que expresa esas palabras: Padre en tus manos encomiendo mi espíritu… que se deja caer en las manos del Padre; y qué memoria abrumada si se deja contemplar por ese rostro, experimentará la paz y la mansedumbre; un rostro que después de sufrir tanto y de terminar ese recorrido de la entrega total, descansa en el Padre”.

Resalto algunas de las palabras, que antes de terminar la celebración, que nos dirigió el Padre Fernando: Quise que mi recibimiento fuera en una misa ordinaria, considero la venida a este santuario, aún antes de mi nombramiento, como una respuesta clara y evidente a un grito de este servidor, solicitando una gracia especial para el ejercicio de su ministerio; no lo considero como un castigo; San Pío de Pietrelchina y San Juan Pablo II intercedieron por mí; yo solo pedí la gracia, no el lugar… y como la divina providencia no se queda sin responder a una sola oración, hoy me envía a este lugar santo: ¡bendito manantial de bendiciones divinas! Donde se encuentra ésta venerada imagen conocida como el Señor del Encino…

“A ustedes y a mí nos toca prestarle a Dios nuestros pies, nuestras manos, nuestro corazón, todo nuestro ser para que Él, sea conocido y amado; ya lo decía San Agustín: vamos hacia Dios, no caminando, sino amando. Mi misión es clara: hacer de este lugar, un recinto donde el pecador beba la misericordia que no deja de brotar de ese corazón que tanto nos ha amado”.

Agradeció a Dios porque a partir de ese día habrá un sacerdote de planta en el santuario; comunicó que la imagen peregrina del Señor del Encino seguirá visitando las comunidades; luego dijo al señor cura Santiago que aunque sea el rector, el título no se le sube a la cabeza, sino que viene a trabajar en unidad con los sacerdotes, que lo reconoce como su párroco; y con un efusivo abrazo selló sus palabras mientras la asamblea aplaudimos ante este humilde gesto de fraternidad sacerdotal.

Antes de la bendición, el Padre Fernando se hincó ante las imágenes del Señor del Encino y de la Virgen Inmaculada… Escuchamos las palabras del Papa Juan Pablo II cuando consagró al mundo al Inmaculado Corazón de María… Así, de rodillas, el primer rector de este Santuario, ofreció su ministerio sacerdotal a Nuestro Señor y a su Santísima Madre para ser un fiel servidor.

Un seminarista le hizo entrega de un ramillete espiritual como agradecimiento de los años que sirvió en el Seminario Mayor de San Juan de los Lagos. Después de la bendición y las felicitaciones, compartimos los alimentos con el Padre Rector, sus familiares y amigos en una sencilla convivencia.

El padre Fernando Varela Gamiño, acompañado de algunos seminaristas.

BIENVENIDO PADRE FERNANDO A ESTA TIERRA QUE DESDE HOY, ES SU CASA.