“IMPULSOS DE UN JOVEN SEMINARISTA”

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“HAGAN LO QUE ÉL LES DIGA” (Juan 2:5)

Emmanuel González Díaz

Hoy en un buen día para comenzar a dar frutos. Quiero compartir con ustedes, amigos lectores de este periódico semanal, un poco de mi vocación al seminario.

Es un hermoso sentimiento por conocer a Cristo y aprender primeramente a sembrar las semillas necesarias para así, dar frutos abundantes. (Juan 15:16)

Yo soy Emmanuel González Díaz, nací en Tepatitlán de Morelos, Jalisco; el 3 de octubre de 1999, bendecido por una pequeña y hermosa familia de 5 integrantes. Mis padres son Jaime González Gutiérrez y Ramona Díaz López; tengo 2 hermanos menores, Noemí y Jaime.

Desde muy pequeño me interesó formar parte en el servicio a la iglesia que está cerca de mi casa como monaguillo, en el Templo de San Antonio de Padua, más tarde, como catequista de primera comunión y encargado del mismo grupo de monaguillos. Siento de desde ahí, empecé a recoger las semillas que en un futuro darían frutos de inquietud por seguir a Jesús. Poco a poco inicié a enamorarme del sacerdocio de Cristo, ver como un trozo de pan se transforma en su cuerpo; al mismo tiempo me convertí en fiel amigo de María, quien, hasta hoy, es mi gran compañera vocacional.

“Ven y Sígueme” Fueron las palabras que me convencieron a conocerlo más íntimamente. El Señor me llamó para ir detrás de Él y sigo su voz. Ingresé al seminario en Atotonilco para continuar mis estudios de preparatoria.

“TODO PASA POR ALGO” El Señor, que ha conducido por este camino, me llevará a la plena felicidad por la que he nacido.

Gracias amigo lector, ¡cuento con tu oración, tu cuenta con la mía! Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, quien es la madre y protectora de este seminario diocesano, te acompañe siempre y te cuide en tu caminar. Ella hoy te dice: “Hagan lo que Él les diga”.