Decanato VII Yahualica

El Niño de Flamacordis regresa a su templo

By Luz María Mora

January 19, 2018

Con un triduo solemne fue despedida la imagen del Niño de Flamacordis, después de haber permanecido en Yahualica desde el pasado mes de septiembre y hasta el 12 de enero 2018. Esta imagen es  venerada en nuestra parroquia y sus alrededores.

“Es obra escultórica del presbítero José María Plascencia; representa al Niño Jesús mostrando su divino corazón sobre el pecho, en medio de resplandores y el cual señala con ambas manos; es de tamaño natural, se encuentra de pie sobre unas nubes plateadas y como a la edad de 12 años, vestido de túnica y manto con la cabellera suelta, esculpida en la misma estatua y esparcida sobre sus hombros” (Historia Señor del Encino, Presbítero. Juan Francisco Navarro)

Y como ya es tradición en nuestro pueblo, es llevada la imagen en hombros, caminando hasta su templo en el rancho de Flamacordis; en este año, acompañaron varias personas a también a caballo; en un ambiente lleno de paz, en medio de música, cohetes, alabanzas y plegarias…  Cientos de feligreses iban contentos junto con varios sacerdotes de nuestra comunidad;  ni el frío, ni el sinuoso camino, apagaron el fervor al Sagrado Corazón de Jesús adolescente, a quien todos llamamos cariñosamente: Niño de Flamacordis.

Al llegar al rancho, se tuvo la celebración Eucarística presidida por el padre Fernando Varela, rector del santuario del Señor del Encino, en Ocotes de Moya, y quien en su reflexión externó su admiración y felicitó a todos por la fuerte piedad popular que se vive en estos lugares; a la vez, compartió que se siente ya parte de nuestro pueblo y quiere seguir acompañándolo en sus tradiciones; nos invitó a seguir confiando en el Sagrado Corazón.

Después de la Santa Misa, todos fuimos invitados a compartir los alimentos que, generosamente las personas del rancho de Acacico, (que está al otro lado del río), prepararon para todos los presentes; todos convivimos y participamos en una típica comida de rancho.

Luego se tuvo el rezo del Santo Rosario y regresamos a nuestros hogares alegres por haber participado en estos festejos.

Me despido, compartiendo un fragmento del poema que J. Cruz Yáñez, escribió al Sagrado Corazón de Flamacordis:

¿Qué quieren esos ojos?

¿por qué me miran?

y esos labios de grana

¿por qué suspiran?

¿Quién encendió ese pecho

de amor ardiente,

que arde por los hombres

eternamente?

Y siendo yo tan malo,

me llamas hijo,

y se rasan tus ojos

si en ti me fijo…

¿Por qué Jesús divino,

yo no comprendo

por qué tus dulces ojos

siempre me miran

y tus labios de grana

por mí suspiran?

Aunque yo no comprendo

por qué, así eres,

sigue siempre queriéndome

como me quieres.