100 Años de historia, refugio y comunidad: Vicaría de la parroquia de Nuestra Señora de la Luz

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Un siglo de trabajo y presencia sacerdotal están por cumplirse en la parroquia de Nuestra Señora de la Luz.

Después de una minuciosa revisión de parte del Consejo Parroquia y los sacerdotes, tomaron la decisión de dar gracias a Dios con celebraciones Eucarísticas por ese momento histórico pero también cristiano, esencia de la ahora parroquia de Nuestra Señora de la Luz.

Fue el 30 de enero de 1918 cuando ocurrió un suceso inesperado en Lagos de Moreno, el templo de Nuestra Señora de la Luz se separó de la parroquia de la Asunción, para dar mayor fuerza a la catequesis en el pueblo laguense.

“Empecé a investigar por los libros que había desde 1918, y dije, tuvo que ser vicaría en ese tiempo y, ciertamente, fui a la parroquia de la Asunción, a pedir el acta donde se decreta que sería vicaría fija, el 30 de enero de 1918 por el señor Arzobispo, Francisco Orozco y Jiménez; el señor cura Luis Macías de la parroquia de la Asunción, viendo la necesidad de aquí del Barrio de la Luz, de la Huitlacocha, de Moya y de la Laguna, dijo que era necesario que estuviera un sacerdote aquí de pie, a lo que accedió la Sagrada Mitra, el Arzobispado de Guadalajara”, explicó el párroco del Nuestra Señora de la Luz, presbítero Gregorio Martínez Gómez.

De acuerdo a los registros del acta, el primer responsable de esta vicaría fue el presbítero Rosalio López, quien tendría como objetivo atender a la feligresía de la “Otra Banda”, como todavía se recuerda, espacio que estaba conformado por todo terreno posterior al puente de Lagos, además de La Laguna, y San Miguel, entre otras comunidades más.

“La vicaría tiene ya autonomía pastoral, económica porque tiene ya un sector muy amplio, a tal grado que Lagos se dividió en dos, la parroquia de la Luz fue la primera hija de la parroquia de la Asunción; en el acta dice que tiene que llevar ya los libros de bautismo, de matrimonio, de confirmación, de defunción, así como también, los libros de la fábrica, le llamaban, fábrica espiritual y fábrica material, o sea, todo lo que se lleva en la pastoral y todo lo material”, detalló el señor cura Gregorio.

La división causó extrañeza y expectativa, pero la atención fue mejor y de manera más personalizada, pues recordemos, que en esos años la catequesis era un tema profundo y necesario, especialmente para buscar el acercamiento y visita de las rancherías, debido al reto que representaba para la parroquia de La Asunción atender a todo el pueblo laguense, donde años más tarde se acentuaría la persecución por la guerra cristera.

“Hay una atención mucho mejor, hay más presencia del sacerdote, hay mejor atención pastoral, por eso se hacen las divisiones en la Iglesia, para atender mejor a las personas (…) Fueron casi sesenta años de capellanía nada más”, enfatizó el señor cura Gregorio.

El presbítero Gregorio Martínez, párroco desde el 9 de julio de 2007, hace la atenta invitación a todos los grupos, feligresía y sacerdotes de la comunidad parroquial o que han sido parte de esta parroquia, para que se acerquen a dar gracias a Dios por este momento de importancia con celebraciones Eucarísticas de agradecimiento del 21 al 28 de enero; siendo esta última, la Misa solemne.