Por: Alan Miguel López Reyes – Seminario Menor Atotonilco
Como adolescentes o jóvenes deseamos ser libres y valernos por nosotros mismos, pero debemos tener algo muy en cuenta: sin nuestros padres no lo podemos hacer. Los padres nos dan valiosas herramientas para la vida y nos inculcan valores, tales como el amor, el respeto, la honestidad, entre otros tantos; pero, en realidad, muchas veces no valoramos lo que nos brindan, como la educación la cual menospreciamos diciendo: “¿Para que me van a servir las clases de historia o de química en mi vida?” o incluso llegamos a tal punto en el que queremos dejar la escuela por aburrida o por otras cosas.
Algo que me llama la atención y nos debería llamar la atención a todos, es el hecho de que Jesús siendo hombre decidió formarse como nosotros y adoptó nuestra forma de vida, pero en realidad, ¿Creen que Él hubiera logrado su misión si sus padres no le hubieran proporcionado una buena educación?
Nuestros padres son las raíces de cómo seremos en un futuro, y debemos corresponderles y honrarlos dando lo mejor de nosotros para bien de los demás llenándonos de frutos o, de lo contrario, podemos caer en malos pasos y terminar secos haciendo que los demás caigan junto con nosotros.
