Reflexión dominical

Reflexión

By Mensajero Diocesano

April 14, 2018

Jesús vive hoy presente en medio de nosotros.

Jesús quiere confirmar a los apóstoles para que ellos a su vez confirmen a los demás en la fe. Por eso los envía al mundo como testigos de su resurrección.

Los apóstoles son testigos de la predicación de Cristo y de que en Él se cumplen todas las profecías. Los apóstoles recibieron como testigos la misión de predicar y mantener la verdad de su doctrina y de su misión, y supieron ser testigos fieles, ya que todos ellos dieron sus vidas en testimonio de la verdad que predicaron.

Nosotros también debemos de ser testigos de la verdad que predicamos, con nuestras obras de todos los días.

La primera realidad de la que tienen que ser testigos los apóstoles es el hecho histórico de la Resurrección de Jesús, de la supervivencia de Jesús a través de los tiempos y de los lugares. Jesús vive en cada uno de los cristianos y por medio de ellos, por medio de nosotros, actúa en el mundo y lo salva.

Los apóstoles dieron sus vidas por Jesús y eso fue su mejor testimonio. Seguramente que nosotros no estemos llamados al martirio de sangre, como ellos. Pero sin duda, todos estamos llamados a entregar nuestras vidas por el Evangelio. A entregar nuestros esfuerzos, nuestro tiempo, nuestro cansancio y nuestro descanso. Nuestras preocupaciones y acciones apostólicas, por la difusión del Evangelio. En este sentido, la madre Teresa de Calcuta nos proporciona una máxima valiente pero no por ello menos realizable: «entrégate hasta que te duela, y sigue entregándote hasta que te deje de doler.

Como verdaderos apóstoles, estamos llamados a ser testigos de Jesús con nuestras vidas. Pidamos a María, a quien llamamos Reina de los Apóstoles, que nos ayude siempre con esta misión que nos dejó su hijo Jesús.