Mensajero Diocesano

No es cosa menor el consumo de la marihuana

El responsable nacional de turismo pidió se permita legalmente el consumo de la marihuana en los centros turísticos nacionales de México. Y con esta petición se revivió el tema de la legalización de la mariguana en México.

El papa Francisco, hace tiempo, ya había hablado sobre el tema: “Déjenme decirlo de la manera más clara posible: el problema de las drogas no se resuelve con drogas.” Y, más concretamente hablando de la marihuana, había condenado la legalización de la mariguana, incluso, para su uso recreacional. Y no ha dejado de llamar a quienes promueven su consumo: mercaderes de la muerte y al narcotráfico: “una plaga social.”

No es, pues, cosa menor el consumo de la marihuana. Como toda drogadicción siempre termina con una muerte prematura y anticipada. Su consumo daña la salud siempre. Con la legalización, lejos de disminuir su consumo crecerá y sin control. El placer del que la consume terminará volviéndolo en una necesidad mortal que lo consumirá.

Y no es cosa menor la drogadicción de la marihuana, cuando sabemos que son los jóvenes los primeros y la más fácil presa, con muchos derechos y libertades de nuestro gobierno. Y si miramos hacia adelante, preguntémonos, ¿qué futuro le espera a nuestras naciones, cuando nuestros jóvenes, que son nuestro relevo, no tengan fuerzas, estén marchitos y medio muertos por las drogas?

¿Qué les decimos a los jóvenes de hoy, si estamos a favor de la legalización de la marihuana? ¡Qué lo malo, por ley, es bueno!

¿Ya pensamos que lo recreativo puede ser inmoral y, por lo tanto, malo, y malo para todos? ¿Cree usted que los senadores y diputados cuando disciernen sobre la legalización de la marihuana, realmente lo hacen como padres de familia, y no como políticos? ¿Quién se beneficia más con la legalización de la marihuana?