¡Bendito sea el Señor Dios de la Vida!
Agradezco al Señor Dios de la vida y el tiempo los dones de la vida, el ministerio, mis padres, en paz descansen, y mis familiares, así como los amigos; el don de compartir por un tiempo de mi vida con esta amada Diócesis el don de la vida y el ministerio, la alegría de poder estar en la mirada y oraciones de nuestra Madre Santísima de San Juan, así como el ejemplo de los mártires cristeros.
Gracias por sus oraciones y las muestras de fraternal caridad y respeto.
A todos gracias y mi bendición.
+ Mons. Jorge Alberto C. A.