El papa Francisco nos ha escrito una carta a cada uno de nosotros, los que hacemos nuestros deberes con amor, los que tratamos de hacer el bien a los demás, los que no nos quedamos con los brazos cruzados y buscamos la verdad.

Esta carta nos habla de que la santidad, es posible y nos da algunas pautas para llegar a ella. Debemos ser peregrinos de este mundo pero buscar ser ciudadanos del cielo.

Es importante leerla, pero por lo pronto, aquí te dejo mis 5Tips para educar a nuestros hijos en ese deseo de la santidad.

1.- Conoce la vida de los Santos, son modelos a seguir.

Nadie ama lo que no conoce y el saber de los Santos, nos puede contagiar el deseo de amar y servir a Dios desde la misión que Él nos dio.

La santidad se puede alcanzar desde la vocación, el llamado que Dios nos hizo.

Antes se pensaba que solo los sacerdotes y consagrados podían ser santos, pero en la actualidad sabemos que hay muchos santos de jeans y tenis, mucha que caminan junto a nosotros y viven con el corazón y la mirada puesta en el cielo y contagiando esa alegría aquí en la tierra.

2.-Trata de hacer extraordinariamente lo ordinario.

La santidad no radica en hacer grandes milagros, la santidad está en hacer con amor y lo mejor posible lo cotidiano, eso que nuestro estado de vida nos pide.

Todo hagámoslo con y por amor de Dios. Así nuestra vida estará llena del amor de Dios. Estaremos haciendo lo posible y Dios hará lo imposible y nos dará la alegría de verle un día.

Para esto podemos enseñar a nuestros hijos a ofrecer todo su día a Dios y a lo largo del día hacer pequeños ofrecimientos de acciones concretas que nos cuestan trabajo o que hacemos sin gusto.

3.- Conoce y practica las virtudes.

Práctica la paciencia, la mansedumbre, audacia y el fervor principalmente.

Pero también el autodominio y la donación de corazón a la voluntad de Dios.

Es importante practicarlos en familia para que nuestros hijos aprendan de nosotros a cómo vivir las virtudes.

4.- La Alegría debe ser nuestra bandera

Un católico siempre debe estar alegre y contagiar esa alegría porque Jesús nos regaló la vida eterna con el sacrificio máximo de amor.

La alegría es la característica de quien tiene a Dios cerca y por eso es necesario educar a nuestros hijos en esa alegría, a pesar de los problemas y situaciones que se nos presenten debemos estar y vivir alegres en Cristo.

Y ante las penas y problemas ofrecerlos a Dios para que Él les dé un sentido corredentor y así, les den alegría a muchos.

5.- Todo a la luz de la oración para poder combatir, vigilar y discernir.

La oración es la base y el sustento de nuestra vida. Desde ella podemos discernir lo que Dios quiere de nosotros, lo que está bien y lo que está mal.

La oración debe estar presente en nuestras vidas en todo momento.

Y debe ser una oración viva, no una oración de periquitos, que solo repiten las cosas sin sentirlas.

Para eso podemos enseñar a nuestros hijos a ofrecer los trabajos, a bendecir los alimentos, a hacer oración antes de comenzar con el estudio, antes de dormir y al despertar, etcétera.

Que nuestros hijos vean lo referente a la oración como cotidiano y no como algo extraordinario y que solo sirve cuando hay problemas.

Como vemos la santidad se da en el día a día, en la vivencia cotidiana del amor de Dios y en el hacer de lo ordinario algo extraordinario. Así que la santidad es algo posible y alcanzable.