Teniendo como testigos a la imagen peregrina del Señor de los Desamparados y las reliquias de los Mártires de nuestra Diócesis de San Juan de los Lagos, el pasado jueves 3 de mayo, dentro de la festividad de La Santa Cruz, el neosacerdote Omar Gutiérrez, cantó su primer misa en las instalaciones de la parroquia de El Cuerpo y la Sangre de Cristo, en el municipio de Jalostotitlán; esto ante la presencia de sacerdotes, religiosas, familiares y amigos que han visto su crecer en la vocación de entrega para la comunidad.

Ante la sonrisa, y nervios, evidentes de este joven presbítero, entró en procesión solemne, junto a sus once compañeros sacerdotes, a quienes el pueblo presente se les entregó con un cálido aplauso en señal de júbilo, para esta tierra que da muchos frutos vocacionales, para así, celebrar y elevar por vez primera el pan que da vida eterna y el cáliz de salvación.

Durante la homilía, el padre Juan Carlos Orozco, recordó un comentario, que un Obispo del Nayar le hizo a uno de sus compañeros: <<No tengo nada que ofrecerte más que la cruz de Cristo>>, frase con la que el padre Juan Carlos hizo recordar a los recién ordenados que Cristo es el único que estará como guía y fortaleza a lo largo de su ministerio sacerdotal, puesto que hoy en día, el mundo se encuentra empapado de acciones que satisfaces temporalmente al ser humano, y que ellos, como discípulos deben de <<tomar su cruz y seguirlo (a Jesús)>> aceptando así la predicación de su mensaje y su misión por toda la tierra, pues son <<sacerdotes para la eternidad>>, llegando así hasta los lugares donde hace falta la Palabra de Dios.

Además, agregó, “el sacerdocio, ni la vida cristiana, son para pasarla bien, son un esfuerzo, una lucha para entrar en el reino, y no solamente nosotros, sino también las ovejas, tenemos que ser puertas de las ovejas…” resaltando la importancia del sacerdocio en cualquier comunidad, por ello el sacerdote, debe de colaborar diariamente con Dios, para que así, Él pueda trabajar a través de su persona.

Por eso, el sacerdote para la eternidad, debe de ser el fiel colaborador con el viñador, para que con su esfuerzo y ejemplo sirvan para atraer a todos hacia Él.