El pasado martes 2 de junio, dentro de la festividad de santo Tomás apóstol, dio inicio una nueva travesía para el padre Job Noé Padilla, quien, escuchando la voz de Dios, a través de don Jorge Alberto Cavazos Arizpe, llegó a formar parte de una nueva comunidad parroquial en Jalostotitlán, Jalisco, a la parroquia El Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Dadas las 19:30 horas, el repique indicaba que el nuevo integrante de esta familia parroquial iniciaría su ministerio sacerdotal, para dar lo mejor de sí a sus nuevos feligreses, un guía que proveniente de Capilla de Guadalupe, se reencontraba con la población del “Corazón de los Altos”, quien hace años lo recibió como seminarista en otra de las parroquias de jalos.

Tras la cruz alta, y con la guía del párroco Luis Flores, el padre Job llegó hasta el altar de Dios, para besarlo y agradecerle el nuevo destino que Él le ha confiado.

Durante la homilía, el señor cura Flores, resaltó, “El día de hoy, nuestra parroquia tiene un nuevo acontecimiento, la llegada de un hermano nuestro, la llegada de un nuevo sacerdote, la llegada de un pastor que viene a empezar a formar familia, que viene a seguir escuchando la voz de Dios…” de igual manera, aprovechó para exteriorizar que en un sacerdote, “La vida reflejada en nosotros (sacerdotes), no todo es felicidad, no todo es cómodo, no todo es fácil… pues hay quien afirma que a un sacerdote nunca le va a faltar nada, nunca se le va a ver triste, pues para ellos (y religiosos) todo es felicidad, sin duda, el sacerdote también tiene momentos de flaqueza y debilidad, pero tiene a su comunidad para que le apoye y siga en su camino vocacional y que al ser un camino de imprevistos, la única seguridad la tenemos en Dios…”.

Por su parte, el padre Job, agradeció a todas las personas que ahí se encontraban reunidas, pues el llegar a una nueva casa, es un reto, un espacio en el que la incertidumbre se puede apoderar del hombre, pero no del espíritu; compartió con los presentes lo siguiente: “Gracias por estar con los brazos abiertos, mi corazón también está abierto a ustedes para ser padre, para ser amigo, para caminar juntos… y hacer de nuestra parroquia una comunidad muy bella, ¡cómo ya lo es! e ir nutriendo y fortaleciendo… ese amor misericordioso de Dios es lo que quiero compartir… a través de mi ministerio y que con su ayuda (de la comunidad) lo podré lograr”; de igual manera, aprovechó para recordar al padre Filiberto Pulido, quien prestará sus primeros años de ministerio sacerdotal en esta comunidad y que días antes de su cambio a Tepatitlán, Dios lo llamó a la vida eterna, y que padre Job le pidió que le echara la mano a esta comunidad que tanto amó.

Sin dudarlo la parroquia El Cuerpo y la Sangre de Cristo, reciben al padre Job con las manos y con el corazón abierto.