Que el amor y la paz de Dios Nuestro Padre y de Jesucristo, el Señor, estén con ustedes.

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happy family father and child on meadow with a kite in the summer on the nature

Queridos hermanos estamos por celebrar el Día del Padre, es una gran oportunidad para reconocer y bendecir a Dios poderoso y amoroso que nos ha hecho en Cristo sus hijos. Reconocer a Dios como Padre es agradecer todas las capacidades que tenemos, todos los dones que nos da, como por ejemplo: su Espíritu Santo. Es reconocer que nos ha dejado un mundo portentoso a cuidar y disfrutar como creatura suya. Así Dios dejó este don maravilloso en quienes de una forma especial le representan: los papás. Desde el Evangelio se nos manifiesta incluso que ha dejado esa figura paterna a Jesús en la persona de san José, él como padre adoptivo de Jesús le lleva lleno de amor y fe en un camino de paz y educación; él y María santísima llevaron esta encomienda loablemente sabiendo de la grandeza de Jesús y del encargo de Dios Padre. Imagino la reflexión que san José se haría al saberse aquel que en nombre de Dios Padre cuida al Hijo redentor. ¡Qué gran misión!

La figura paterna siempre ha estado en la revelación bíblica, incluso cuando Jesucristo nos dice que a ningún hombre sobre la tierra llamemos Padre (s. Mateo 23,9) pero aquí Cristo dice a los fariseos que dejen de ser soberbios, es decir, se refiere a querer suplir el ser y poder de Dios, el jactarse con soberbia cuando es un regalo de Dios.

Esta paternidad es manifiesta en varios momentos bíblicos, como un grato ejemplo hoy quiero mencionar una parte del Salmo 103 (102):
“Como es la ternura de un padre con sus hijos, así es la ternura del Señor “ (versículo 13).

¡Felicidades papás!, ustedes tienen una gran alegría del ser humano: haber transmitido y aceptado la vida de sus hijos; mi reconocimiento a sus labores y esfuerzos, -muestra del amor a sus hijos-, que llevan. Dios, no les dejará sin recompensa; sigan haciendo que sus hijos estén con ustedes mediante la oración, el interés de todo por ellos y el trato diario. Felicidades a aquellos que han incluido en su familia a hijos adoptivos, es un gesto admirable de gran valor humano y espiritual que Dios sabe reconocer.

Y a quienes ya, nuestros padres han sido llamados a ser hijos, plenamente felices, ante Dios: les honramos con nuestros recuerdos y amor que continúa. Dios les recompense su paternidad. Así mismo nos unimos al gran dolor de quienes han perdido un hijo: ese dolor lo sabe Dios, no lo quiere, pero saber dar el consuelo, la fuerza y la paz, como un abrazo de quien se une a su dolor.

¡Felicidades papás!, que disfruten y se digan siempre en su interior: bendigo a Dios por este maravilloso regalo; Dios Padre me lo ha confiado y me ha hecho tener felicidades y honor.
Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.