El ángel guardián nos apoya y nos defiende de los peligros en nuestra vida terrenal.

En uno de sus textos, San Francisco de Sales aclara que la tarea de los ángeles es llevar nuestras oraciones a la bondad misericordiosa del Altísimo e informarnos si han sido respondidas. Por lo tanto, las gracias que recibimos nos las da Dios, quien es el principio y el fin de nuestras vidas, y los mensajeros de estas gracias son los ángeles.

La devoción de los ángeles es muy antigua, ganando mayor vigor en la Edad Media. Fue en este momento que surgió la idea de representarlos con alas. Es interesante notar que cuando somos niños estamos invitados a orar por los ángeles guardianes, una costumbre que se olvida entre los adultos. Pero es bueno notar que la presencia de los ángeles de Dios también acompaña la vida de hombres y mujeres en la edad adulta.

Esta celebración especialmente dedicada a los Ángeles Guardianes comenzó en España, a finales del año 400, extendiéndose por toda Europa en unos pocos siglos. El 2 de octubre fue establecido en 1670 por el papa Clemente X.

REFLEXIÓN.- Los ángeles guardianes tienen una misión similar a la de sus madres. En la infancia son muy demandados y solicitados, ayudando a niños en situaciones de peligro. Y al final de cada día de arduo trabajo, los padres enseñan a los niños a agradecerle, por lo que se establece una relación extremadamente íntima entre cada niño y su ángel protector. No importa que no tenga nombre ni cara. Cada niño tiene su ángel guardián.

Colaboración: Padre Evaldo César de Souza, CSsR

Fuente: https://paroquiadesaojudastadeu.org.br/santos-anjos-da-guarda-3/