Solo Cristo es el verdadero Sacerdote, los demás son ministros suyos, dice Santo Tomás de Aquino. Y lo es por ese amor de su corazón, que es, en esencia, su relación con el Padre y la fuerza del Espíritu en Él. Es decir, porque nos trae la vida divina y nos lleva a ella.

Más Cristo, no solo ha concedido el sacerdocio real a todo su pueblo, sino que elige a algunos de entre los hermanos para ejercer un sacerdocio ministerial, recibido en el sacramento del orden, en este caso presbiteral, «gracias al cual la misión confiada por Cristo a sus Apóstoles sigue siendo ejercida en la Iglesia hasta el fin de los tiempos» (CEC 1536) y esta misión es «dirigir el pueblo a Dios y hacerle progresar siempre» (LG 18). De modo que este sacramento en palabras de Santo Tomás de Aquino “no se administra como un medio de salvación para el individuo, sino para toda la iglesia. Para ello, tendrán que colaborar con su obispo y dejarse guiar por el Espíritu Santo; predicaran el Evangelio y enseñaran la fe de la Iglesia; celebraran con piedad los misterios de Cristo, especialmente la eucaristía y la reconciliación; oraran para que Dios derrame su misericordia sobre el pueblo que les confía y estarán dispuesto a ofrecerse ellos mismos como Cristo para gloria de Dios y salvación de los hombres.

Ordenarse presbítero es más que asumir una función o cargo, es recibir un don, este don para sus personas, pero más aún para el bien iglesia (sus hermanos en la fe). Pues «en la ordenación presbiteral, el Obispo invoca el poder de Dios sobre el candidato… ese poder marca a esta persona con un sello indeleble que nunca lo abandonará.» (YOUCAT 254). Es motivo de alegría en nuestra diócesis que tal regalo fue recibido por nuestros hermanos, el pasado 24 de abril:

  • José Ignacio Gómez Gutiérrez, originario de la parroquia de San Miguel en San Miguel del cuarenta.
  • Carlos Daniel Marmolejo Maldonado, originario de la parroquia del Señor de los Trabajos en Lagos de Moreno.
  • Jesús Desiderio Mercado Salazar, originario de la parroquia de Santiago Apóstol en Manalisco.
  • Juan Luis Ramírez Hernández, originario de la parroquia de San José en San Julián.
  • Christian Ramón Rodríguez Bustos, originario de la parroquia de Santa María de Guadalupe en Arandas.
  • Flavio de Jesús, originario de la parroquia de nuestra Señora de Guadalupe en Valle de Guadalupe.
  • Orlando Velázquez Velázquez, originario de la parroquia de San Francisco de Asís en Tepatitlán.

Elevemos a Dios la acción de gracias por este don que nos hace, y supliquémosle que siga santificando y configurando según su corazón a quienes ha llamado.

ALABADO SEA JESUCRISTO.