Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo

0
1098

La maternidad es una etapa anhelada por la mujer, especialmente cuando se trata de conocer si el recién nacido está en perfectas condiciones y tiene buena salud; sin embargo, de cada 115 bebés, uno tiene autismo, y hoy en día la faceta que atravesará la madre y el niño sigue siendo una dura tarea de superar en nuestro país y el mundo entero.

De acuerdo a un estudio realizado en el año 2016 por la organización estadounidense Autism Speaks, se estima que casi el 1% de todos los niños en México, es decir, alrededor de 400 mil, tiene autismo; mientras que cada año se diagnostican al menos 6 mil 200 casos.

Pero, ¿qué es el autismo? De acuerdo a la información sobre la definición, síntomas e indicios que ofrece la página española www.autismo.com.es, el Trastorno del Espectro Autista (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se manifiesta durante los tres primeros años de vida y que perdurará a lo largo de todo el ciclo vital del recién nacido.

Así mismo señala que, los síntomas fundamentales del autismo son dos: deficiencias persistentes en la comunicación y en la interacción social y los patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades; por lo que los indicios que pueden ser indicativos del TEA en los niños son: falta de interés por los otros niños en etapas escolares; nulo interés para compartir, es decir, no acostumbran a señalar con el dedo aquello que les llama la atención para compartirlo con los demás; ausencia de juego simbólico, por ejemplo, dar de comer a muñecas, hacer cocinitas, jugar a coches como si fueran de verdad, etcétera; poco contacto visual y nula observación de la expresión del rostro del interlocutor cuando juntos están viendo alguna cosa inusual; no acostumbran a realizar la sonrisa social; su lenguaje, si existe, es literal, por lo que no entienden las bromas, los chistes, los dobles sentidos ni las metáforas.

Además, tienden a evitar el contacto físico o les gusta más bien poco; hipersensibilidad táctil, olfativa, gustativa y auditiva; poca sensibilidad al dolor; reacciones pasivas ante la voz de sus padres, sospecha de un déficit auditivo; presentan intereses inusuales, además, son repetitivos y no compartidos; pueden mostrar comportamientos extraños, repetitivos y auto estimulantes como el balanceo, el movimiento de aleteo de manos o caminar de puntillas, entre otros; los niños que presentan más nivel intelectual, notan que son diferentes y no entienden qué les pasa.

Actualmente, el índice del TEA en todas las regiones del mundo es alto; sin embargo, la falta de comprensión ante este trastorno produce fuertes repercusiones sobre las personas, sus familias y las comunidades, siendo estigmatizados y también discriminados, en algunos casos, niños y adultos, sobre todo con discapacidades o trastornos asociados al ámbito neurológico, barreras principales que dificultan no solamente el diagnóstico y el tratamiento, sino la interacción e inclusión de las personas con TEA.

Fue en el año 2007 cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, a partir del 2008. Y aunque el avance en la sociedad ha marcado pautas, desde el reconocimiento hasta la identificación del día con el color azul, lo cierto es que en nuestro país y en el mundo entero, son fundamentales políticas públicas que faciliten la inclusión de niños y adultos con este trastorno.