Impulsos de un joven seminarista

0
1740

Por: Francisco Javier Hernández Martin – Seminario Menor de Atotonilco

Hola amigo lector, mi nombre es Francisco Javier. Soy originario de una comunidad de Tepatitlán de Morelos llamada “Las Cruces de Arriba”. Perteneciente a la Cuasiparroquia de “Nuestra Señora de la Purificación y San José” mejor conocida como “La Villa”. Actualmente estoy cursando el segundo semestre de Preparatoria en el Seminario de Atotonilco.

Soy el mayor de ocho hermanos; tres hombres y cinco mujeres. Desde muy pequeño fui invitado por algunos sacerdotes para entrar al Seminario, pero no quería; aunque si sentía el llamado. Estudie la escuela primaria en mi comunidad, muy satisfactoriamente, al igual que la secundaria, y a pesar de que poco a poco sentía más ganas de entrar al Seminario, no me animaba por el miedo de dejar a mi familia pues soy muy apegado a ellos y siempre me la he llevado bien.

Terminé la secundaria y fue cuando me entraron inquietudes con más fuerza por ingresar al Seminario, pero nuevamente no me animé; duré tres años sin estudiar, hasta que por fin decidí pedir la carta de mi Señor Cura para ingresar. Tal vez fue nada más para saber lo que era un Seminario y dejar de pensar en qué hubiera pasado si no lo hubiera intentado. Me gustó mucho y a pesar de que me costó mucho trabajo decidir dejar a mi familia por estar en esta etapa de formación Dios tenía un plan perfecto para mí.

Esta es una muy buena etapa de formación, muy bonita y agradable. Es tiempo para formar una nueva familia, una nueva vida junto al Padre, al Hermano y al Espíritu que va guiando poco a poco el camino correcto y verdadero. No me arrepiento, estoy muy agusto y le pido a Dios que me ayude a discernir bien si ésta  es mi vocación.

Hasta la próxima, pido mucha oración por mí y por mis compañeros, para que sepamos dar una respuesta agradable al Señor