“He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres

y que no ha ahorrado nada hasta el extremo de agotarse”

La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.

Propagación de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús.

Santa Margarita María de Alacoque propagó la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. Pues fue a ella a quien el mismo Jesús se le reveló en tres ocasiones, cuando se encontraba en oración delante del Santísimo Sacramento, comunicándole el deseo de su ardiente corazón, el cual es “ser amado por los hombres y apartarlos del camino de la perdición”.

Se le apareció en varias ocasiones para decirle lo mucho que la amaba a ella y a todos los hombres y lo mucho que le dolía a su Corazón que los hombres se alejaran de Él por el pecado.

Durante estas visitas a su alma, Jesús le pidió que nos enseñara a quererlo más, a tenerle devoción, a rezar y, sobre todo, a tener un buen comportamiento para que su Corazón no sufra más con nuestros pecados.

Santa Margarita María de Alacoque era una religiosa de la orden de la Visitación. Tenía un gran amor por Jesús. Y Jesús tuvo un amor especial por ella.

El Sagrado Corazón de Jesús le prometió a la santa Margarita María 12 gracias especiales a quienes propaguen y lleven a cabo está devoción:

1.- A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.

2.-Daré la paz a las familias.

3.-Las consolaré en todas sus aflicciones.

4.-Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.

5.-Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.

6.-Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.

7.-Las almas tibias se harán fervorosas.

8.-Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.

9.-Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.

10.-Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.

11.-Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.

12.-A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final.