La Jornada Mundial de la Juventud en su decimoquinta edición esta ya a unos días de dar inicio. Panamá país anfitrión ya se encuentra listo para ser sede de este evento multitudinario en el que se espera contar con la participación de 250 mil jóvenes entre locales y procedentes de distintos países.

A prácticamente unos días del gran evento ya han comenzado los arduos trabajos de logística y la capacitación de los miles de voluntarios que fueron aceptados para participar como colaboradores poniendo cada uno sus talentos al servicio de los demás, dóciles al llamado que el Señor les hace para contribuir en la evangelización de su pueblo, tal como lo expresa el lema de esta Jornada Mundial de la Juventud «He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según tu Palabra».

La Jornada Mundial de la Juventud se estará realizando del martes 22 al domingo 27 de enero de este año. En el evento se realizarán distintas actividades como conferencias, rezos, celebraciones Eucarísticas, catequesis, charlas y espacios de recreación y arte, que tienen como objetivo favorecer el encuentro personal con Cristo, promoviendo la paz y la unidad entre todo el mundo. Un dato a resaltar es que es la primera JMJ que se celebrará en Centroamérica.

La Diócesis de San Juan de los Lagos también estará presente en la JMJ en Panamá a través de algunos jóvenes y sacerdotes pertenecientes a la Pastoral Juvenil Diocesana. Cincuenta y cinco jóvenes y ocho sacerdotes con el corazón dispuesto. Y que mejor manera de hacerlo que encomendándose con alegría al cuidado y protección de Nuestra Señora de San Juan. Por ello el pasado domingo 13 de enero se realizó, en punto de las 19:30 horas en la Catedral Basílica de San Juan, una celebración Eucarística de envío para los jóvenes y sacerdotes que partirán como peregrinos a vivir este encuentro con Cristo y con el hermano.

La celebración Eucarística de envío fue presidida por Monseñor Jorge Alberto Cavazos, obispo de la diócesis y concelebrada por los presbíteros que partirán acompañando a los jóvenes a la JMJ.

En su homilía Monseñor exhortó a los jóvenes a vivir esta experiencia con alegría y entusiasmo, sintiéndose privilegiados de participar, llevando la esperanza y nuestras oraciones con ellos. Antes de terminar la celebración Monseñor Jorge Alberto realizó la bendición de los crucifijos que se les entregaron a cada uno de los enviados como símbolo del amor de Cristo por la humanidad.

Oremos por ellos para que contribuyan en la renovación de la Iglesia joven que busca el Papa y se fortalezcan de los frutos y expresiones de fe de los demás, generando un cambio positivo y propositivo en la Pastoral Juvenil Diocesana.