“RESCATEMOS LA NAVIDAD FELIZ”

Fotografía: Mensajero Diocesano

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La navidad original celebra al Dios recién nacido que, para salvarnos, se encarnó. Celebramos, pues, el misterio de un amor divino que se acerca tanto a nosotros hasta hacerse uno de los nuestros para salvarnos y estar con nosotros. La navidad es, pues, Dios que se nos regala y es cercanía amorosa de Dios. Por lo dicho, concluimos que sin Dios, no hay navidad. Y sin proximidad amorosa, no viviremos el genuino espíritu de la navidad.

Nada tiene que ver, pues, este misterio de amor divino con el consumismo humano en el que estamos sumergidos: gastar y comprar. El adviento y la Navidad, de hoy, es de comilonas, borracheras e intercambio de regalos. Por eso, en estas reuniones, porque nos acercamos vacíos a celebrar la navidad, nos regresamos vacíos. Y, aunque adornamos de luces nuestras noches navideñas, no encontramos una luz que ilumine nuestra oscuridad personal durante el año nuevo.

En estos días hacemos muchas cosas para alegrarnos. Gastamos de más, y acumulamos regalos para el armario, sin que pueda calmarse nuestra nostalgia de Dios, porque a Dios sólo se le encuentra en la oración y en la meditación que contempla y agradece todo el amor del Dios hecho hombre. Dios quiere poner su casa entre nosotros, y nosotros queremos cerrarle la puerta a ese buen amor.

Hoy, el nacimiento de un niño, sin importar que sea el Niño Dios, no es fiesta que se quiera celebrar. Nos resulta incómodo, hasta nos amenaza el mal pensamiento de exterminio, de no engendrar. Para muchos, la vida que nace no es feliz navidad.

Por otra parte, ha dejado de ser la familia el espacio para vivir la navidad; igual la vecindad y el barrio. Ahora la consigna es: todo fuera de casa. Y la razón es que ya no hay familia en casa.

En un anonimato ateo, como manada, ahora pretendemos celebrar la navidad. Renunciamos a la fe de niños que se fascinan oyendo contar el relato bíblico del nacimiento de Dios y ven en sus sueños a un Niño Dios que les sonríe mientras resplandece, tras de sí, un suave sol que nace con Él.

¡RESCATEMOS LA NAVIDAD!