Parece tan lejano aquel 13 de marzo de 2020, cuando salíamos los seminaristas tan entusiasmados al tan anhelado apostolado de cuaresma, sabíamos para entonces que existía el COVID-19, pero no imaginábamos todo lo que habría de suceder. Eran cuestión de horas, para que la Diócesis, el Seminario; comenzaran a enviarnos comunicados del proceder en esta pandemia que estaba emergiendo. Como ya sabemos lo primero fue que, a partir del 19 de marzo, solemnidad de San José, no podrían celebrarse los actos de culto público, por ende el equipo formador del Seminario junto con nuestro Señor Obispo, nos comunicaron que si el encargado de la comunidad donde habíamos iniciado el apostolado así lo disponía, nos iríamos a nuestras casas, a espera de volver al Seminario pronto. Teníamos la esperanza de poder regresar a terminar nuestro curso 2019-2020, tal vez para mayo o junio, cosa que no sucedió.

El día 7 de julio, los obispos, preocupados por la formación de los futuros pastores, publican un comunicado sobre la necesidad que se veía de que los seminaristas volvieran a las casas de formación, en dicho comunicado se enlistaban muchas indicaciones y propuestas para tener un buen regreso y estancia el primer semestre de este nuevo ciclo 2020-2021, buscando la salud y el bienestar de todos los que volveríamos al Seminario. Pasaron pocos días cuando el equipo formador de nuestro Seminario nos envió un comunicado donde nos especificaban la fecha de ingreso al nuevo ciclo en esta llamada “nueva normalidad”, y junto con la fecha todas las indicaciones de llegada y estancia en el seminario.

Es así como el 12 de agosto regresamos con mucha alegría al Seminario, queríamos reunirnos de nuevo con nuestros compañeros, y proyectar nuestro plan de vida para este año. Los primeros días del ciclo como parte importantísima en nuestra formación tuvimos como cada año nuestra semana de ejercicios; el silencio y el aislamiento propio de los ejercicios, ayudó a la distancia social y a prevenir de que alguien contagiado pudiera contagiar a algunos más. Gracias a la Inmaculada, patrona de nuestro Seminario, no hubo ningún contagio.

De este regreso al Seminario, también hay algunas cosas que nos cuestan y aun extrañamos mucho, como es el tener que usar cubreboca todo el tiempo, evitar las convivencias, el no tener la Eucaristía como comunidad, el no salir a apostolado. Pero, ¡sabes!, ahora que no podemos salir a las comunidades y barrios al apostolado, nos hemos comprometido a prepararnos más y mejor para servirte. Pues, resulta que los sábados, dedicamos toda nuestra tarde a formarnos en un área específica de la pastoral; cada seminarista tuvimos la oportunidad de elegir alguna de éstas: Pastoral social, juvenil, de la salud, catequesis, TIC´s. En estos equipos, hemos quedado bien distribuidos de todos los grupos, lo que resulta más enriquecedor. Pero ¡aún hay más! Resulta que mientras nos preparamos para servirte mejor cuando volvamos a salir de apostolado, al mismo tiempo estamos generando material apostólico que ya te hemos estado haciendo llegar o que publicaremos muy pronto. Por eso, te pedimos que nos sigas en nuestras redes sociales, en especial en Facebook e Instagram, puedes encontrarnos como: El periodiquito, Haz lío, Seminario Mayor de San Juan de los Lagos.