¡Qué hermoso es ver a los hermanos convivir! Arandas Jalisco

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El pasado sábado 24 de febrero los seminaristas de las distintas casas de formación pertenecientes a la Diócesis de San Juan de los Lagos, se dieron cita en la casa de formación del seminario Ojo de Agua en Arandas Jalisco, como cada año para realizar la celebración deportiva y de fraternidad. Dicha convivencia busca fomentar la integración y propiciar vínculos entre los seminaristas de las distintas casas de formación, ya que pocas veces comparten el mismo espacio. Siendo así estos espacios una oportunidad para conocerse, convivir, crecer en compañerismo, solidaridad y unión en un mismo ideal.

El Grupo “pescador de hombres” que este año cursa la etapa propedéutica en el seminario Ojo de Agua, fueron los anfitriones del evento junto con el presbítero Rigoberto Lemus, quien alegremente daba la bienvenida a todos los congregados.

Primeramente sacerdotes formadores y seminaristas nos reunimos para iniciar la celebración eucarística, el presbítero Antonio Ramírez Márquez, rector de nuestro seminario, fue quien presidió la Eucaristía, invitándonos a  vivir de mejor manera la fraternidad y la corresponsabilidad entre nosotros.

Terminada la celebración eucarística pasamos a compartir los alimentos todos juntos, acto seguido nos preparamos para hacer el momento inaugural del evento deportivo de la convivencia del Ojo de Agua. Pasamos al jardín central, ubicado frente a la capilla donde se dio en un inicio la carrera de botargas, y también estuvimos presentes para apoyar a cada uno de nuestros equipos  en las diversas disciplinas, acto seguido pasamos al área de las canchas donde comenzó la competencia para los juegos de básquetbol, voleibol, fútbol y frontón.

Para la comida se pudo degustar de una rica variedad de tacos típicos de Arandas.

También se tuvo la competencia de diferentes disciplinas mentales en los juegos de mesa, después tuvimos la oportunidad de compartir una tarde bohemia, un espacio de música en vivo que nos dejó una grata experiencia.

Otro momento significativo que alimentó nuestro espíritu  fue un evento Mariano que se llevó a cabo en la capilla del bosque, donde juntos oramos por las vocaciones y por diversas necesidades de nuestra sociedad.

Por último nos dispusimos para pasar a compartir la cena, justamente frente a la cafetería, donde también se nos ofrecieron alimentos y pudimos sorprendernos con los juegos pirotécnicos que marcaron el fin de la convivencia.

Este evento nos recuerda a toda la familia Seminario, que estamos llamados a vivir en fraternidad, pues si Dios así lo dispone, en algunos años estaremos compartiendo el mismo presbiterio. Por intercesión de María Santísima, la virgen de San Juan, que el Señor nos conceda santas y generosas vocaciones sacerdotales.