La familia y los valores

0
23
Redacción: Psicóloga Verónica Romo Jiménez Fotografía: Especiales

La familia posee una función esencial en la formación de las futuras generaciones, pues en ella radican los cimientos para la educación en valores que contribuirán al desarrollo de la sociedad saludable y humana que se necesita
La familia está presente desde la comunidad primitiva y es el lugar ideal para forjar los valores, lo cual resulta el objetivo imprescindible para alcanzar un modo de vida más humano y saludable que posteriormente se transmitirá a la sociedad entera. En la comunidad se enseñan, desde la infancia, los primeros valores que serán sustento para la vida en sociedad; por ende, se inicia allí la vida social.
En la familia se fomentan valores como la paciencia la justicia, la igualdad, la solidaridad, la tolerancia, la convivencia pacífica y armónica y más. Pero también está el otro lado de la moneda, familias que se alejan de los lineamientos axiológicos, esta tendencia es más actual y tristemente más generalizada donde se fomentan conflictos, violencia, maltrato físico, psicológico, intolerancia, ausencia de respeto y de responsabilidad entre otros.
La familia es el pilar fundamental en la formación de los seres humanos, es ahí donde aprendemos a construir nuestras propias ideas acerca de la responsabilidad, el orden, la disciplina, la puntualidad, el respeto. En síntesis la familia constituye el pilar fundamental donde aprendemos valores que van a sostener la vida del ser humano y sus relaciones sociales.
Ahora continuamente se escucha que hay una crisis de valores en el seno familiar donde se evidencian conflictos violentos, maltratos, disoluciones matrimoniales, peleas legales tanto por patrimonio como por patria potestad, guarda y custodia de hijos que se toman como moneda de cambio o alienación parental para presionar o chantajear a la contraparte, etc.
Crecer en un entorno familiar caracterizado por esa realidad influye en nuestra forma de pensar, en nuestros sentimientos y en las cosas que hacemos, por eso es importante la reestructuración en la familia, promoviendo valores que nos ayuden a convivir armoniosamente, pacíficamente, con tolerancia con respeto, con responsabilidad, con los miembros de la familia y con la sociedad.
En resumen los valores se aprenden en el hogar, no en las escuelas y son responsabilidad de la familia, no de los maestros, nanas y/o medios de comunicación.
La familia es la base de toda la sociedad, los primeros valores morales, personales y sociales se aprenden en el hogar a través de las enseñanzas que los padres les transmiten a sus hijos y que a su vez fueron enseñados por sus abuelos, hermanos, tíos y demás familiares y seres queridos.
Los valores familiares fortalecen los lazos de unión, de respeto y confianza, cuidar uno del otro, respetar a las personas mayores, colaborar con las labores del hogar ser bondadosos y honestos hace que las personas actúen como buenos ciudadanos en cada uno de los grupos sociales de los que forma parte, sin embargo en algunos casos, y por diversas razones existen familias cuyos valores son negativos o antivalores. Hay familias en las que impera la vanidad, el egocentrismo o el sentido de superioridad, la individualidad y el egoísmo, están transmitiendo antivalores que invitan a la persona a actuar de manera incorrecta en la sociedad, por eso es importante que en las familias se tengan bien definidos y jerarquizados los valores en los que se basan, pues estos serán transmitidos a sus descendientes.
Procuremos reuniones familiares, donde se revisen y jerarquicen la escala de valores tanto personales como familiares, si al hacer esto, nos damos cuenta que consideramos importantes algunos que no tenemos, podemos establecer rutinas, ejercicios y actividades donde se promuevan estos valores, ayudarnos unos a otros a tenerlos presentes, premiarlos, no con algo material, sino, utilizando reforzamientos de apapacho, cariño y amor.
Tener valores consistentes forma parte de la construcción de la familia, de su unidad y la confianza entre todos sus integrantes.
Hagamos notar la importancia de nuestras familias, de cada uno de sus miembros, tratemos a nuestros seres queridos como lo más querido y apreciado, pues aunque muchas veces lo son, lamentablemente son con los que más fácilmente perdemos la paciencia, demostramos la intolerancia o nos desesperamos. Primero a la familia tratémosla como lo que son hijos del Rey de Reyes.
La familia posee el papel fundamental como base de la sociedad que se desea construir: más saludable, humana y feliz. Que no decaiga el ánimo ni la esperanza en esta ardua labor, amemos y eduquemos en valores a nuestras familias, pues sólo así podremos ver una sociedad más justa, humana y generosa como la que soñamos y nos hace falta.
¡Vivamos la familia!

ORACIÓN.
Señor, te pido que entres en nuestro hogar y llenes todos nuestros espacios con tu presencia, iluminando cada una de nuestras oscuridades; limpiando todos nuestros pensamientos y malos sentimientos. Ayúdanos a crecer en valores para lograr una mejor sociedad. Amén.

Deja un comentario