Hermanas y hermanos todos en el Señor , la gracia y la paz  de Cristo en ustedes.

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Quiero en esta ocasión agradecer todo lo que he vivido este año por la gracia de Dios , como obispo de la diócesis de San Juan de los Lagos.

En primer lugar la gracia de Dios; su amistad y acompañamiento han sido esenciales en mi vida y ministerio; la ternura de nuestra Madre muy querida de San Juan. Bendita sea nuestra hermosa y santa Madre.

He encontrado la fe que está como base en la vida de nuestros hermanos mártires: ¡qué gran ejemplo de fe!, pido al Señor que la sangre de ellos siga fecundando la vida de la iglesia diocesana, encontrarme con familiares  de ellos, con la Guardia Nacional Cristera, estar donde vivieron o fueron martirizados; andar caminos que ellos anduvieron, estar ante sus restos me llena de energía e inspiración espiritual y pastoral.

Las familias católicas: que han sabido conservar y transmitir la fuerza que da la fe. Su constancia crea fuerza y esperanza. Debemos reforzar y seguir haciendo que de todas surjan cristianos a la altura de Cristo y los requerimientos de nuestra región y nuestro País.

Los sacerdotes, ¡qué gran testimonio decir sí a Cristo y querer ser sus sacerdotes!, verdaderos hermanos y heraldos constantes de la Buena Nueva. Gracias hermanos, perdonen mis fallas, disculpen mis limitaciones; pero sepan que siempre cuentan con mi sincera y fraterna buena voluntad de hermano, pastor y padre.

A todos, religiosas, religiosos, movimientos, grupos, a todo hermano con quien he podido saludar y platicar en las calles, barrios, comunidades campesinas: qué gran experiencia de la fe y la vida. Múltiples Momentos de fe en la liturgia, encuentros, centros e instituciones de misericordia para con quienes sufren, las muy agradables cabalgatas, la cultura :¡todo es escuela de fe y  vida para mí!

Se han logrado algunas metas, gracias a Dios he podido estar en todos los municipios que comprende nuestra amada diócesis y adentrarme así en la cultura, la fe, la forma de ser y sus esperanzas.

Con la gracia de Dios entramos ya a una etapa para dar gracias a Dios en la celebración de los 45 años de la diócesis el próximo 29 de junio, queremos agradecer a todos los que han hecho posible el plan de Dios con su trabajo, desde las diversas áreas de la pastoral.

Desde el día que llegué, su presencia, saludos, palabras y actitudes hicieron sentirme inmediatamente en casa y sobre todo, hermano con y entre ustedes. Seguiré, con el auxilio de Dios, mejorando mi servicio a todos, y poniendo mi oración, hermandad y labores diarias para que Jesucristo siga pasando haciendo el bien entre nosotros.

Agradezco su hermandad, paciencia y respeto, pido sus oraciones, les encomiendo a nuestra Madre Santísima de San Juan y me dispongo a servirles según Cristo.

 

Con mis oraciones y mi bendición:

+ Mons. Jorge C. A.