Estimados hermanos, estamos ya casi a mitad del año civil, y empiezan a tenerse muchas cosechas de lo que hasta hoy hemos sembrado. Muchos niños, adolescentes y jóvenes terminan sus estudios y es de tiempo de recapitular lo aprendido. Felicidades a todos y que rinda muchos frutos de alegría, vida y paz lo que han vivido. Así mismo, en Roma se ha dado ya el instrumento de trabajo del próximo Sínodo de los Jóvenes, sigamos pidiendo por ellos y su fe.
Así mismo, ya ha iniciado el Mundial de Fútbol, espero se logre mucho más en la Copa del Mundo, pero además traiga respeto y fraternidad entre las naciones dicha competencia. Recordemos el mensaje que el santo padre Francisco ha hecho sobre el mundo del deporte en la vida del ser humano y con el sentido cristiano; es buena oportunidad para leerlo y aplicarlo.
Ante esto, hoy quiero invitarles a que todo lo que hagamos sea considerando el bien de toda persona humana, desde la concepción hasta la muerte; es importante que el ser humano esté como fuente y objetivo del bien y del respeto; que triste ver que en este siglo tengamos situaciones que humillan el plan de Dios para la vida y plenitud de todo ser humano; por ejemplo, el maltrato, la forma tan indigna como se ha tratado a los migrantes de parte de autoridades migratorias de Estados Unidos de Norteamérica; paisanos nuestros humillados ahí. A fin de cuentas, todo es signo del lugar que en economías y estilos de vida se da al ser humano: por debajo de otros intereses. Hoy vivamos considerando la dignidad de todo ser humano: Cristo ha mostrado al ser humano su grandeza y su dignidad. Vivamos como nos propone.
Seguimos unidos en oraciones por la XXI Asamblea Diocesana de la próxima semana y por el verdadero bien de todo mexicano.
Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge C. A.
