La vida espiritual en la familia

0
2488

El tema de la espiritualidad es un tema poco tratado pero muy necesario en nuestros días.

Y lo primero que podemos decir sobre el tema es que debemos tener claro que es la espiritualidad, para hablar en el mismo idioma.

Espiritualidad es un estilo de vida, es la forma de contemplar, vivir y transmitir a Jesús y esto nos da ciertos principios, actitudes, signos y rasgos que nos dan respuesta a una necesidad del ser humano y que parten del Evangelio y del magisterio de la Iglesia.

En pocas palabras, es la forma de seguir a Jesús, por ejemplo, los franciscanos lo siguen como pobre; los jesuitas como general; los de la cruz como sacerdote y víctima.

Y es muy necesario que en la familia tengamos una espiritualidad, ya que será el estilo de vida que caracterizará a nuestra familia y la forma en que nos desenvolveremos en el mundo, por eso aquí te dejo mis 5Tips para desarrollar la vida espiritual en la familia.

1.- Discierne qué misión tienen como familia.
Cada familia tenemos un llamado particular, es decir un propósito específico que cumplir y que le impregna un estilo de vida particular. Y es necesario estar consciente de ello.

Pero ¿cómo podemos saberlo? Pues debemos observar y discernir de los hechos y acontecimientos que nos han tocado vivir como familia.

En cada uno de ellos vamos encontrando el llamado particular de Dios para nuestra familia. Nada pasa por casualidad y debemos volvernos observadores de nuestra realidad para descubrir la voz de Dios y a lo que nos va llamando.

2.- Fomenta la lectura espiritual. 
Es la mejor forma que tenemos para conocer los diferentes caminos que Dios nos va poniendo para seguirle.

Con la lectura espiritual se nos va abriendo el panorama y podemos conocer lo que ya hay, es decir, los caminos que ya se han recorrido; aunque esto no quiere decir que sean los únicos.

Podemos ir tomando lo mejor de cada uno e ir confirmando nuestra propia espiritualidad tanto personal como familiar y así dar respuesta al llamado personal y familiar que Cristo nos hace.

Para esto es bueno tener libros de diferentes espiritualidades para conocerlas y profundizar un poco en cada una.

3.- Busca un director espiritual. 
La vida espiritual es muy profunda por eso es necesario caminar de la mano de un guía o director espiritual que nos ayude a discernir lo que Dios nos va pidiendo como persona y cómo familia.

Y para llegar a tener un director espiritual es muy básico frecuentar el sacramento de la confesión y tener contacto con varios sacerdotes para discernir con cuál nos sentimos más cómodos y quién es el que nos comprende mejor.

Y al decir comprender no me refiero a solapar, sino con el que nos sentimos más cómodos y podemos platicar mejor y que él nos entienda bien.

4.- Define la espiritualidad familiar y refuerza con signos visibles.
Una vez que sabemos cuál es nuestra misión personal y como familia y después de leer sobre las diferentes espiritualidades, es bueno que el director espiritual nos ayude a definir el camino por el cual seguiremos a Jesús, es decir, que definamos la espiritualidad familiar.

Y para reforzar la elección, es bueno, encontrar signos visibles que nos ayuden a recordar esta espiritualidad.

5.- Alimenta la espiritualidad. 
Así como nuestro cuerpo necesita alimento para estar sano, nuestra alma también necesita ser alimentada con las devociones y sacramentos para estar sana y dispuesta para cumplir nuestra misión.

Si logramos tener algunas devociones familiares como el rezo del santo rosario, la coronilla de la misericordia, el rezo del ángelus o asistir los primeros viernes de mes a misa, entre otras, estamos fortaleciendo nuestra vida espiritual y provocando que nuestros hijos aprendan a darle su lugar.

Es de vital importancia recibir constantemente y a su tiempo los sacramentos como ayuda y soporte espiritual.

Y es súper importante que nuestros hijos vean que nosotros vivimos conforme al estilo de vida que deseamos para nuestra familia ya que es nuestro testimonio lo que los enamorará y los impulsará a seguir por el camino que hemos escogido como familia.