Han pasado 114 años desde que fue coronada Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, la madre, la reina de la tierra, la mujer más digna de todas; y este pasado 15 de agosto, además de recordar el dogma de fe de la Asunción, también en nuestra amada Diócesis de San Juan de los Lagos recordamos ese momento tan memorable.

De acuerdo a la información publicada en el libro Historia, arte y fe (2007), fue el 19 de enero de 1904 cuando en Guadalajara se recibió la respuesta afirmativa de parte del Papa Pío X para la coronación litúrgica o pontificia de la virgen de San Juan de los Lagos.

El Arzobispo de Guadalajara, José de Jesús Ortiz coronó solemnemente a Nuestra Señora de San Juan de los Lagos, solamente meses después de la aprobación del Santo Padre, es decir, el 15 de agosto de 1904.

Pero, ¿cómo es y qué representa la corona de Nuestra Señora de San Juan de los Lagos?

De acuerdo a la narración que nos regala el libro Historia, arte y fe, fue el mismo señor Obispo, José de Jesús Ortiz quien se responsabilizó de la fabricación de la corona, por lo que la solicitó al Instituto Pontificio de Artes Cristianas de Benzinger Brothers, de Nueva York; además, también fueron solicitados los dos ángeles que sostienen la corona de estilo imperial.

De 18 centímetros de altura, en oro de 18 quilates; a su derecha e izquierda está un ángel que sostiene una cinta semicircular… Mater Inmaculata. Ora Pro Nobis (Madre Inmaculada. Ruega por Nosotros) es la inscripción en la parte más prominente de dicha cinta.

Sin duda, y partir de ese momento, Nuestra Señora de San Juan de los Lagos es conocida por esta característica que la distingue de la imagen de la virgen de la Asunción y de la “Generala”, la Virgen de Zapopan.

Son los ángeles que la acompañan, los que nos recuerdan su pureza y premio otorgado al momento de su gloriosa Asunción a los cielos, donde fue coronada como reina y señora de todo lo creado.