¿Cómo demuestras que Dios existe?

“El creó, de un solo principio, todo el linaje humano, para que habitase sobre toda la faz de la tierra fijando los tiempos determinados y los límites del lugar donde habían de habitar, con el fin de que buscasen la divinidad, para ver si a tientas la buscaban y la hallaban; por más que no se encuentra lejos de cada uno de nosotros; pues en él vivimos, nos movemos y existimos, como han dicho algunos de ustedes: ‘Porque somos también de su linaje'” (Hch 17,26-28)

“El mundo y el hombre atestiguan que no tienen en ellos mismos ni su primer principio ni su fin último, sino que participan de Aquel que es el Ser en sí, sin origen y sin fin. Así, por estas diversas “vías”, el hombre puede acceder al conocimiento de la existencia de una realidad que es la causa primera y el fin último de todo, ‘y que todos llaman Dios’ (STh 1 q2 a3c.)” (CEC 34).

“Creado a imagen de Dios, llamado a conocer y amar a Dios, el hombre que busca a Dios descubre ciertas ‘vías’ para acceder al conocimiento de Dios. Se las llama también ‘pruebas de la existencia de Dios’, no en el sentido de las pruebas propias de las ciencias naturales, sino en el sentido de ‘argumentos convergentes y convincentes’ que permiten llegar a verdaderas certezas’. Estas ‘vías’ para acercarse a Dios tienen como punto de partida la creación: el mundo material y la persona humana” (CEC 31).

“‘Escucha, Israel, el Señor nuestro Dios es el Único Señor’ (Dt 6,4; Mc 12,29). ‘Es absolutamente necesario que el Ser supremo sea único, es decir, sin igual… Si Dios no es único, no es Dios’ (Tertuliano, Adv. Marcionem 1,3)” (CEC 228).

“La fe en Dios nos mueve a volvernos solo a Él como a nuestro primer origen y nuestro fin último, y a no preferir nada a él” (CEC 229).

“Dios al revelarse sigue siendo Misterio inefable: “Si lo comprendieras, no sería Dios” (S. Agustín, Serm. 52,6,16: PL 38,360)” (CEC 230).

“El Dios de nuestra fe se ha revelado como Él que es; se ha dado a conocer como ‘rico en amor y fidelidad’ (Ex 34,6). Su Ser mismo es Verdad y Amor” (CEC 231).