Iniciar un mes más del tiempo que Dios misericordiosamente nos regala, es una oportunidad de lograr nuevas cosas en nuestra vida. Por ello quiero invitarles a que con gusto y grata esperanza, podamos vivir y preparar nuevas actitudes en las actividades que tenemos.

Habiendo celebrado las alegrías del Cielo, con el día de todos los santos y de los fieles difuntos, ahora nos toca a cada uno llevar adelante nuestra vida y ayudar eficazmente a quienes Dios nos encomienda para ayudarles en su salvación; en el caso de cada familia: todos los miembros que conforman nuestra familia, sin excepción; en el caso del sacerdote: todos los fieles de su comunidad y que ha tratado; los de la vida consagrada: igualmente a quienes se ha dedicado.

Noviembre, pues, es buena oportunidad para llevar adelante acciones nuevas que nos ayuden a configurarnos más con el estilo de vida de Cristo. Estamos en el penúltimo mes del año y, aprovechemos el tiempo para crecer en bien personal y de quienes nos rodean.

Les invito a participar en la peregrinación diocesana a Cristo Rey, en el cubilete; será una oportunidad diocesana más de comprometernos a santificarnos como Iglesia fundada por Cristo y llena a la santidad.

Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge C. A.