La imagen de Jesús orante fue el tema de la catequesis del Papa, continuando con las reflexiones sobre el Padrenuestro.

JESÚS REZA Y EL ESPÍRITU SANTO LO GUÍA EN SU ACTUAR

La catequesis de hoy hace referencia al Evangelio de Lucas 11, 9-13. De hecho, es sobre todo este Evangelio que hace referencia desde los relatos de la infancia, el que describe la figura de Cristo en un ambiente lleno de oración. Contiene los tres himnos que jalonan cada día la oración de la Iglesia: el cántico de Zacarías, el Magnificat y el cántico de Simeón, que muestra a Jesús en una atmósfera de oración.

Jesús es, sobre todo, el orante. En cada paso de su vida, es el Espíritu Santo quien lo guía en su actuar. Antes de tomar decisiones importantes, Jesús ora, dialoga con el Padre.

CON VALENTÍA PIDAMOS A JESÚS QUE NOS ENSEÑE A ORAR

En su catequesis el Papa señala algunos de los momentos de oración de Jesús: Jesús reza en el bautismo en el Jordán, dialoga con el Padre antes de tomar las decisiones más importantes, a menudo se retira a la soledad para orar, intercede por Pedro que pronto lo negará.

Nos consuela el saber que Jesús ora por nosotros, ora por mí, por cada uno de nosotros, para que nuestra fe no desfallezca. Por eso también nosotros podemos decir a Jesús: Tú rezas por mí, sigue rezando porque yo lo necesito. Así, ¡valientes!

REZAR CON PERSEVERANCIA Y CONFIANZA

Prosiguiendo con la catequesis, el Santo Padre también se refirió al pedido de uno de los discípulos al Maestro para que les enseñe a orar, y también en este caso, invita a que hagamos lo mismo nosotros hoy.

Jesús nos muestra las palabras y sentimientos que debemos tener para dirigirnos a Dios. Lo hace enseñándonos el Padrenuestro y las actitudes que el creyente debe tener cuando ora, que son la perseverancia y la confianza.

La perseverancia en la oración, porque aunque a veces pareciera que Dios no nos escucha, sin embargo no es así, porque ninguna oración queda desatendida. A la perseverancia se une la confianza puesta en Dios, porque Él es un Padre bueno y nunca olvida a sus hijos que sufren.

Padre, esa palabra tan bella que decir. Podemos pasar el tiempo de la oración solo con esa palabra: Padre. Y sentir que tenemos un padre: no un maestro o un padrastro, sino un padre. Padre.

JESÚS ENSEÑA A INSISTIR EN LA ORACIÓN

Jesús para darnos la confianza en la oración, lo hace con varios ejemplos, entre ellos, el de la parábola del amigo inoportuno, que va a despertar a una entera familia porque no tiene pan para dar a una persona en viaje que llegó improvisamente:

¿Qué le dice Jesús a este hombre que llama a la puerta y despierta a su amigo? “Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario” (Lc 11,9). Con esto quiere enseñarnos a orar e insistir en la oración.

SEGUROS DE QUE DIOS RESPONDERÁ

Y aunque muchas veces nos parezca que nuestras oraciones no obtienen resultados, podemos estar seguros de que Dios responderá.

La oración cambia la realidad, y nos cambia también a nosotros. Es, ya desde ahora, la victoria sobre la soledad y la desesperación; un camino que nos lleva a Dios, nuestro Padre, que espera todo y a todos con los brazos abiertos.

Que el Señor Jesús nos dé la gracia de entender que la oración conmueve el corazón de Dios, Padre compasivo, que nos ama y nos da su Espíritu Santo; y que la Virgen Santa nos ayude a ser hombres y mujeres de oración y a confiar en la bondad del Señor que siempre nos escucha.

FIESTA DEL BAUTISMO DEL SEÑOR

En la conclusión de la catequesis, el Santo Padre recordó la fiesta del Bautismo del Señor, que cierra el tiempo litúrgico de la Navidad. Esto nos invita a redescubrir la gracia del sacramento de nuestro bautismo que nos ha hecho cristianos, incorporándonos a Cristo y a su Iglesia•