“Christus Vivit”

Redacción: Vatican.va Fotografía: Especiales

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Exhortación apostólica postsinodal

Capítulo IX: El discernimiento

En este aspecto, el Papa Francisco recuerda que “sin la sabiduría del discernimiento podemos convertirnos fácilmente en títeres a merced de las tendencias del momento”.

Se requieren tres sensibilidades de quienes ayudan a los jóvenes en su discernimiento. La primera es la atención a la persona: se trata de escuchar al otro que se nos da a sí mismo con sus propias palabras.

La segunda consiste en discernir, es decir, se trata de captar el punto correcto en el que se discierne la gracia de la tentación. La tercera consiste en escuchar los impulsos que el otro experimenta.

Es la escucha profunda de “donde el otro realmente quiere ir”. Cuando uno escucha al otro de esta manera, “en algún momento debe desaparecer para dejar que siga el camino que ha descubierto. Desaparecer como el Señor desaparece de la vista de sus discípulos”. Debemos “despertar y acompañar los procesos, no imponer caminos”. Y estos son procesos de personas que siempre son únicas y libres.

La exhortación concluye con un profundo deseo del Papa Francisco: “Queridos jóvenes, me alegrará verles correr más rápido que los que son lentos y temerosos. Corran y sean atraídos por ese rostro tan amado, que adoramos en la Sagrada Eucaristía y reconocemos en la carne de nuestro hermano que sufre… La Iglesia necesita de su impulso, de sus intuiciones, de su fe… Y cuando lleguen a donde todavía nosotros no hemos llegado, tengan la paciencia de esperarnos”.