La profundidad con que en los últimos años la Iglesia se ha tomado en serio la reflexión acerca de la revolución antropológica que ha supuesto internet, le está colocando a la vanguardia de la comprensión global del fenómeno. Un fenómeno que, por cierto, está tocando también el modo como las personas vive la fe en la era digital.

Veamos algunas bondades que nos traen las redes sociales, sin descartar los riesgos que representan cuando no se utilizan adecuadamente.

1.Una red de personas: La red digital puede ser un lugar rico en humanidad: no una red de cables, sino de personas humanas. Internet es un “don de Dios”. (Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de 2014).

2.Evangelizar por medio del internet: “Abrir las puertas de las Iglesias significa abrirlas asimismo en el mundo digital, tanto para que la gente entre, en cualquier condición de vida en la que se encuentre, como para que el Evangelio pueda cruzar el umbral del templo y salir al encuentro de todos” (Mensaje para la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales 2014)

3.Lugar para unir o polarizar: “Los correos electrónicos, los mensajes de texto, las redes sociales, los foros, pueden ser formas de comunicación plenamente humanas”. Y a continuación matiza dónde debemos encontrar el criterio para valorarlos: “No es la tecnología la que determina si la comunicación es auténtica o no, sino el corazón del hombre y su capacidad para usar bien los medios a su disposición. Las redes sociales son capaces de favorecer las relaciones y de promover el bien de la sociedad, pero también pueden conducir a una ulterior polarización y división entre las personas y los grupos. El entorno digital es una plaza, un lugar de encuentro, donde se puede acariciar o herir, tener una provechosa discusión o un linchamiento moral” (Mensaje para las Comunicaciones Sociales de 2016).

4.Usar internet para la solidaridad: Desde el nacimiento de Internet: “la Iglesia siempre ha intentado promover su uso al servicio del encuentro entre las personas y de la solidaridad entre todos. La red es punto de unión pero también puede favorecer el autoaislamiento, es multiforme y plantea diversas cuestiones de carácter ético, social, jurídico, político y económico. Mientras los gobiernos buscan vías de reglamentación legal para salvar la visión original de una red libre, abierta y segura, todos tenemos la posibilidad y la responsabilidad de favorecer su uso positivo” (Mensaje para las Comunicaciones Sociales de 2019).

5.Enlazar redes sociales con bien común: “También en red se construye una verdadera ciudadanía. El acceso a las redes digitales lleva consigo una responsabilidad por el otro, que no vemos pero que es real, tiene una dignidad que debe ser respetada. La red puede ser bien utilizada para hacer crecer una sociedad sana y abierta a la puesta en común”. En cuanto acabamos de citar queda de manifiesto una consideración acerca del habitante de la red como parte de una sociedad que, precisamente por su “realidad” es lugar de bien común. Porque el ámbito digital es susceptible de “comunicación plenamente humana”, “las redes sociales son capaces de favorecer las relaciones y de promover el bien de la sociedad”. El bien común específico que aportan quienes habitan las redes sociales es la proximidad, una proximidad que se concreta en el encuentro (Mensaje para las Comunicaciones Sociales de 2019).