La comunidad parroquial de María Reina y Madre de los Campesinos, en Tepatitlán, recibió a su nuevo párroco, el Sr. Pbro. José Emanuel Vázquez Carrillo con una solemne Eucaristía presidida por el Sr. Obispo, Don Jorge Alberto Cavazos Arizpe, el pasado martes 10 de septiembre de 2019.

En un día alegre y soleado, las campanas anunciaban con júbilo el inicio de una nueva etapa en la vida de la comunidad, ahora al ser bendecidos con un nuevo pastor, quien estuvo acompañado por más de veinte hermanos sacerdotes, familiares, amigos, vecinos de la parroquia de San José, en San Julián y un nutrido número de fieles de la comunidad de María Reina y Madre de los Campesinos.

La ceremonia inició cuando el señor Obispo entregó al nuevo párroco las llaves del templo parroquial y el nuevo señor cura abrió las puertas para dar paso a todos los fieles; se leyó su nombramiento y él mismo profesó su fe y renovó sus promesas sacerdotales.

La esperanza ante la nueva encomienda fue manifiesta en las palabras que el señor Cura Emanuel dirigió a la comunidad: “Esta tarea que hoy comienza en mi ministerio presbiteral, viene a ser como aquel ministerio de María que comenzó con un ‘Sí’, un sí de quien quiere comprometerse y de quien quiere arriesgar, de quien quiere apostarlo todo, sin más seguridad que la certeza de saber que no es por sí, sino por quien le llama y le envía”.

Y es que como signo de su nueva responsabilidad, le fueron entregados los Santos Óleos, los libros de los sacramentos y el libro de gobierno, pidiéndole guardar un equilibrio entre las actividades pastorales y las administrativas. En su debido momento, le fue entregado el libro de los Evangelios y después de la comunión, la llave del sagrario, donde será custodiado el Santísimo Sacramento, ambos momentos encierran el gran sentido de su ser sacerdote y su deber de alimentar a su pueblo con la Palabra y la Eucaristía.

Este es un momento importante en la historia de la comunidad y de ello también dio razón el señor Cura José Emanuel: “En esta hora de la historia, la comunidad parroquial de la ‘Reina y Madre de los Campesinos’ de Tepatitlán, en la que nos encontramos, nos recuerda nuestra raíz más profunda, que es la vida cristiana, y nos enseña que hoy no podemos despreciar nuestra propia historia, que no debemos rechazar la riqueza espiritual y humana que se va transmitiendo a lo lardo de las generaciones.

Esta tierna imagencita de María, de apenas 78 cm., nos invita a no ignorar todo lo que nos ha precedido: la riqueza de una historia sellada con la sangre de los mártires y coronada con la aureola de la santidad en el Padre Tranquilino Ubiarco y de los Licenciados Anacleto González Flores y Miguel Gómez Loza, mantiene vivo el grito que: ‘la Iglesia de Cristo no puede car en la tentación de perder el entusiasmo de darlo todo midiendo los peligros y buscando falsas seguridades mundanas.

Este es el reto para las comunidades parroquiales de esta sociedad contemporánea y es el reto para la nuestra: la profundización del kerygma, el crecimiento en el amor fraterno, en la vida comunitaria y en el servicio. Esta riqueza de nuestra historia nos anima para ‘volver a echar las redes’, con toda confianza, en el nombre del Señor”.