“Querida Amazonia”

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En la exhortación apostólica postsinodal “Querida Amazonia”, el papa Francisco expresa cuatro sueño, que aunque están pensados en la realidad concreta de la Amazonia, que abarca nueve países, bien se aplican a nuestra realidad mexicana.

En el sueño social el Papa expresa su deseo de la Amazonia integre y promueva a todos sus habitantes para que puedan consolidar un “buen vivir” y en este sentido, advierte, se debe integrar la justicia en las discusiones sobre el ambiente, para escuchar el clamor, tanto de la tierra como de los pobres.

En días pasados México ha sido testigo de estrategias de comunicación que buscan callar el clamor de los 34, 582 homicidios dolosos registrados en 2019, de los que uno de cada diez, es castigado, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP); o el grito desesperado de las mujeres ante un sistema que declara que es la misma terminología la que lo incapacita para responder con justicia y celeridad (en 2020 ya suman 265 feminicidios, según la periodista Frida Guerra); o la voz quebrada de los padres de familia cuyos hijos sufren ante un Instituto de Salud para el Bienestar que sabe qué, pero no sabe cómo; se suma, según el INEGI, el crecimiento económico del País durante 2019 de 0.0%; desde luego, todo esto a reserva de otros datos que usted pueda tener.

Consciente de que en estos tiempos no es fácil escuchar, el Papa propone un camino para lograrlo: reconocer la realidad, indignarse y pedir perdón, promover y fortalecer el sentido comunitario; sanear las instituciones dañadas y abrirse al diálogo social.

Una definición irónica de la estadística es aquella de que es la más inexacta de las ciencias exactas y que se la dedica a torturar los números para que digan lo que se desea. Ante los datos presentados por uno, el otro siempre podrá argumentar que tiene otros; pero el asunto no es discutir los números, sino reconocer la realidad.

Ante esa realidad habrá que indignarse, todo lo contrario a la indiferencia y a subestimar el problema del otro creyendo que “ya se habló demasiado del tema”; si es el caso pedir perdón con acciones concretas que eviten que el error se vuelva a cometer en el futuro.

Algo que no hay que hacer es dividir las fuerzas sociales que buscan el bien del País, no se trata de ver cuánto somos diferentes, sino cuánto queremos juntos sacar al País adelante; “a río revuelto, ganancia de pescadores” hay otros que sí están, lamentablemente, bien organizados y con sus estrategias masacran al País.

Dicen que los grandes genios siempre están sobre los hombros de los genios anteriores. No se trata de inventar la rueda, sino de aprovecharla para nuevos inventos. No se sanea una institución cambiándole de nombre, ni se debe echar por la borda todo lo bueno que hay simplemente porque “no lo hice yo”.

Finalmente, el diálogo implica dos partes en la dinámica, y que nos números reporten excelentes crecimientos en las redes sociales, no significa que se está dialogando con la Nación.

En fin, cuánto tiene la exhortación del Papa para nuestro México, y para nuestra Diócesis, que también deberá seguir este camino si quiere ser generadora de un ambiente que favorezca el “buen vivir”.