Domingo de la Divina Misericordia

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Hoy celebramos la Fiesta de la Divina Misericordia, establecida por San Juan Pablo II en el año 2000. El objetivo de la festividad es hacer llegar el mensaje de que Dios es Misericordioso y nos ama a todos

Es un día de indulgencia plenaria, un día de perdón donde se nos invita a aprovechar las gracias que Dios nos da mediante su divina misericordia.

¿Cuándo se proclamó la Fiesta de la Divina Misericordia?

El 30 de abril del año 2000, durante la canonización de Sor Faustina Kowalska, el Papa Juan Pablo II proclamó el primer domingo después del domingo de Pascua, la Fiesta de la Divina Misericordia en toda la Iglesia. El correspondiente documento, expedido por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, fue emitido el 5 de mayo de 2000.

La inspiración que condujo a la institución de esta fiesta en la Iglesia procedía del deseo que Jesús había comunicado a Sor Faustina. Jesús le dijo: Deseo que el primer domingo después de la Pascua de Resurrección sea la Fiesta de la Misericordia (Diario 299). Deseo que la Fiesta de la Misericordia sea refugio y amparo para todas las almas y, especialmente, para los pobres pecadores. Ese día están abiertas las entrañas de Mi misericordia. Derramo todo un mar de gracias sobre las almas que se acercan al manantial de Mi misericordia. El alma que se confiese y reciba la Santa Comunión obtendrá el perdón total de las culpas y de las penas. En ese día están abiertas todas las compuertas divinas a través de las cuales fluyen las gracias (Diario 699). En diversas apariciones, el Señor reveló, no sólo cuándo había que celebrarse la fiesta en el calendario litúrgico de la Iglesia, sino también el motivo y el propósito de su institución, cómo preparar la fiesta, cómo debía ser su celebración y habló también de las grandes promesas asociadas con la fiesta.

“El alma que acuda a la CONFESIÓN y que reciba la Sagrada COMUNIÓN, obtendrá la REMISIÓN TOTAL de sus CULPAS y del CASTIGO…(Diario 699). Que el alma no tema acercarse a Mí, aunque sus pecados sean como la grana.”

Jesús le dijo a Sor Faustina: Hija Mía, di que esta Fiesta ha brotado de las entrañas de Mi misericordia para el consuelo del mundo entero (Diario 1517).

La imagen de la divina Misericordia  fue revelada a Santa Faustina en 1931 por Jesús mismo y  Él mismo le pidió que se pintara, después le explicaría su significado y lo que los fieles alcanzarán con ella.

En la mayoría de las versiones de la pintura, Jesús se muestra levantando su mano derecha en señal de bendición, y apuntando con su mano izquierda sobre su pecho, de donde fluyen dos rayos: uno rojo y otro blanco. “El rayo pálido simboliza el Agua que justifica a las almas. El rayo rojo simboliza la Sangre que es la vida de las almas (…). Bienaventurado quien viva a la sombra de ellos” (Diario, 299). Toda la imagen es un símbolo de la caridad, el perdón y el amor de Dios, conocida como la “Fuente de la Misericordia”.

 

Para poder participar bien de la Fiesta de la Divina Misericordia debemos:

1. Celebrar la Fiesta el domingo después de Pascua;
2. Arrepentirnos sinceramente de nuestros pecados;
3. Poner toda nuestra confianza en Jesús;
4. Acudir al sacramento de la Confesión
5. Recibir la Santa Comunión el mismo día de la Fiesta; libre de todo pecado mortal y venial;
6. Venerar la imagen de la Divina Misericordia;
7. Ser misericordiosos con los demás, a través de nuestras acciones, palabras, y oraciones por los demás.
8. Para obtener la Indulgencia Plenaria de esta Fiesta, orar por las intenciones del Santo Padre (Padrenuestro y Credo).