Hoy 25 de febrero de 2022 es el 94º aniversario del martirio de santo Toribio Romo, quien fuese asesinado en 1928, a consecuencia de la Guerra Cristera.

Historia

Santo Toribio Romo González nace un 16 de abril de 1900, en la ranchería de Santa Ana de Guadalupe, municipio de Jalostotitlán. (En la zona de los Altos de Jalisco, en México.) Hijo de Patricio Romo Pérez y Juana González Romo.

Fue llevado a bautizar al día siguiente de su nacimiento a la parroquia de la Virgen de la Asunción, en Jalostotitlán. Donde recibe el nombre de: José Toribio Romo González.

Su familia era muy cristiana y en ella recibió una excelente educación religiosa. Ayudó como acólito y fue siempre muy devoto. Recibió la primera comunión a la edad de 7 años.

Con el deseo de prepararse para llegar a ser Sacerdote; por el año de 1909 ingresó a la escuela parroquial en Jalostotitlán. Además de asistir a la escuela, hacía trabajos como entregar pedidos de tortillas en las casas, entregaba la ropa que hilaban e iba temprano a la parroquia a cumplir sus deberes de acólito. A diario iba a hacerle una visita al Santísimo y desde pequeño era muy dedicado a la oración.

A la edad de doce años, por consejo de su hermana y con el apoyo de sus padres, ingresó al Seminario auxiliar de San Juan de los Lagos. (María, además de hermana, fue una celosa promotora de la vocación de Santo Toribio y fue ella quien lo acompañó y trabajo para solventar sus gastos.) En 1912, Santo Toribio ingresó al Seminario Auxiliar de San Juan de los Lagos. En el Seminario se dedicó con ahínco a los estudios y fue un seminarista ejemplar.

Sus superiores lo señalaban como modelo en piedad y observancia. En 1920 ingresó al Seminario mayor en Guadalajara; ahí continúo y concluyó sus estudios.

Fue ordenado diácono el 3 de septiembre de 1922. El 23 de diciembre de ese mismo año recibió la ordenación Sacerdotal, por manos del Señor Arzobispo Francisco Orozco y Jiménez, en la catedral de Guadalajara. Cantó su primera misa el 5 de enero de 1923 en Santa Ana de Guadalupe (lugar que lo vio nacer).

Su primer destino fue Sayula, donde principalmente se destacó en la Catequesis. Al año siguiente se trasladó a Tuxpan. Posteriormente fue enviado a Yahualica, donde siguió trabajando con entusiasmo en la catequesis de niños y obreros. Aquí sufrió duras y amargas pruebas, ya que se le ordenó recluirse en su casa y se le prohibió rezar públicamente el rosario y celebrar la Santa Misa.

El siguiente lugar en que ejerció su ministerio fue Cuquío; como vicario cooperador, llegando a esa población a fines de 1924. Hizo florecer la catequesis en el pueblo y en las rancherías. Hombre de intensa oración.

Santo Toribio cumplía ejemplarmente sus actos piadosos: examen de conciencia, meditación, ejercicios espirituales, visitas al Santísimo Sacramento, entre otras…

Manifestó esperanza siempre, un gran espíritu de fe, una firme certeza de alcanzar el cielo y una caridad que lo movía a compadecerse del prójimo (aún a costa de sus propias necesidades), así como una ferviente devoción a la Virgen María y a San José. Brillaron en él, la obediencia y la disciplina, fue austero, recogido y mortificado.

Cuando comenzó la persecución religiosa, especialmente intensa en la región de Cuquío, Santo Toribio, en compañía de su párroco San Justino Orona (quien también sería martirizado posteriormente), tuvo que vivir en continuo peligro, huyendo por campos y barrancas. Uno de sus mayores sufrimientos, era el no poder celebrar la misa todos los días.

El padre San Atilano Cruz, (martirizado posteriormente también), llegaba a Cuquío para sustituirlo. En septiembre de 1927, por órdenes superiores, Santo Toribio Romo se trasladó a Tequila, en calidad de párroco. Santo Toribio se escondió en una fábrica de tequila, propiedad del Sr. Luis León Aguirre, que se encontraba en la barranca del Agua Caliente, municipio de Tequila. Donde lo acompañaban Quica (su incansable y heroica hermana) y su hermano Sacerdote, el Padre Román Romo González. En este lugar fundó centros de catecismo, así como en los ranchos cercanos; celebraba también la misa en la fábrica.

Acudían a él personas de Tequila, Amatitán, Arenal, Magdalena y Hostotipaquillo, para bautizar, casarse, confesarse y para solicitar el auxilio sacramental para los enfermos de esos lugares.

El jueves 23 de febrero de 1928 Santo Toribio pidió al Padre Román (su hermano) que le oyera en confesión sacramental y le diera una bendición muy grande; antes de irse le entregó una carta con el encargo de que no la abriera hasta tener noticias de él. Ese día Santo Toribio se notó muy preocupado, pasó el día en su cuarto y en el oratorio que había improvisado.

Al día siguiente viernes 24 de febrero, (viernes primero del mes) después de celebrar la misa, pasó todo el día ordenando el registro parroquial, (pues era obvio que no había notaría). Santo Toribio terminó su trabajo a las cuatro de la mañana del día sábado y decidió dormir un poco. Una hora después, a las 5 a.m. del 25 de febrero de 1928, llegó una tropa de federales y agraristas a la fábrica, pues habían detenido al hombre con quien el Padre Toribio enviaba su correspondencia. Obligaron al mensajero a llamar a la puerta. En cuanto ésta se abrió, los soldados entraron violentamente a la fábrica y llegaron a la recámara donde Santo Toribio dormía.

Un agrarista gritó: “Éste es el cura, mátenlo”.

Despertando súbitamente, Santo Toribio se sentó en su cama y dijo a los soldados: “Sí soy… pero no me maten…”. Un soldado disparó sobre Santo Toribio, quien se levantó de la cama y se dirigió hacia la puerta de la habitación, donde recibió una segunda descarga que lo hizo caer en los brazos de su hermana María (“Quica”); quien lo tomó en sus brazos y le dijo al oído: “Valor, padre Toribio… ¡Jesús misericordioso, recíbelo! y ¡Viva Cristo Rey!”. Así terminaron sus escasos 27 años de vida y cinco de Sacerdote.

Llevaron su cadáver a Tequila para exhibirlo ante sus fieles. María iba rezando el rosario. Tiraron su cuerpo frente a la presidencia municipal. María se hincó junto a su cadáver y rezó una breve oración. Su rebozo lo empapó de sangre y en la frente le dio el último beso. Fue velado en la casa de la familia Plascencia y al día siguiente (domingo 26 de febrero de 1928), fue enterrado en el cementerio municipal.

Quica llevaba sus vestidos aun manchados con la sangre de su propio hermano; y decía no debemos llorar: el Padre Toribio ya está en el cielo. Démosle gracias a Dios porque le concedió la palma del martirio, que quiso sufrir por el triunfo de la Iglesia.

Veinte años después de su sacrificio, los restos del mártir Toribio Romo regresaron a su lugar de origen, y fueron depositados en la capilla construida por él, en Santa Ana de Guadalupe, Jalisco (lugar de su nacimiento).

ACONTECIMIENTOS IMPORTANTES

El 22 de noviembre de 1992 fue beatificado por el Papa San Juan Pablo II.

El 21 de mayo del año 2000 fue canonizado junto con 24 compañeros mártires, también por el Papa San Juan Pablo II.

El 12 de octubre del 2012, fue consagrado y dedicado el nuevo Santuario en honor a Santo Toribio Romo,  por manos del Sr. Nuncio Apostólico (representante del Papa) en México: Don Christophe Pierre. Y ese mismo día, se realizó el traslado de los restos de Santo Toribio Romo a su nuevo Santuario (en la misma comunidad de Santa Ana de Guadalupe, Jalisco) donde es venerado hasta el día de hoy.