«Que el Buen Pastor te reciba; Siervo bueno y fiel, hermano y amigo»

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El pasado jueves 14 de marzo, se llevó a cabo la misa exequial del presbítero Luis Flores Villa.

La celebración Eucarística se realizó a las 12:15 hrs., en la parroquia San Felipe de Jesús, en Atotonilco el Alto, Jal., de donde era originario.

Gran número de sacerdotes y fieles originarios de los distintos destinos donde el padre Luis prestó su servicio ministerial dentro y fuera de la diócesis de San Juan de los Lagos, estuvieron presentes para acompañar y despedir los restos mortales del presbítero Luis Flores Villa. Además de pedir a Dios, por su eterno descanso.

La celebración Eucarística fue presidida por Mons. Jorge Alberto Cavazos Arizpe, Arzobispo de San Luis Potosí y Administrador Apostólico de la Diócesis, quien en su homilía señaló: “La importancia de la fe en Cristo como renuevo de vida, como camino, como aquel que nos abre las puertas del Cielo y nos invita a pasar a la morada eterna; una fe, que hace andar los caminos difíciles, tristes, complicados y felices, una fe que sólo se da estando en unión con Cristo, tal como lo hizo el padre Luis, quien supo mantenerse en amistad con Dios a pesar de los retos y adversidades, mostrando siempre su buen humor y alegría”.

¡Gracias padre Luis por su ejemplo de entrega y alegría en predicar el evangelio de Cristo!

Hombre de unión, entusiasta y proactivo, como mejor le describen quienes tuvieron la grata oportunidad de coincidir con él, en este viaje que es la vida.

De unión: Porque fomentaba y propiciaba espacios y momentos para la convivencia; ya fuese entre personas de su comunidad, amigos o compañeros sacerdotes.

Entusiasta: Siempre dispuesto, animando, diligente y presto para ayudar con una sonrisa.

Proactivo: Buscando formas, modos o ideas de ayudar dentro y fuera de la parroquia, en la catequesis, las pastorales o los grupos.

Ejemplo de testimonio en la enfermedad, al afrontarla con tranquilidad y esperanza “la caricia del Señor”, como él llamaba a su enfermedad. Sin miedo, aceptando la voluntad de Dios, pues decía “estamos en las manos de Dios, estamos para servir al Señor”.

Así ha sido la vida del padre Luis Flores, quien se esforzó por predicar con su ejemplo en el seguimiento de Cristo. Buen testimonio del nombre de Dios. Fruto maduro para el Señor, como lo mencionó su compañero de generación.

Gracias por su alegría y entusiasmo Padre Luis, por seguir al Señor, por no dudar ante el proyecto del Señor.

Dale Señor el descanso eterno y brille para él la luz perpetua.