“Los ministros de culto… Lo que pueden hacer y lo que no deben hacer en estas elecciones”

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Para un católico, aunque nuestro Reino no sea de este mundo, lo cierto es que vivimos en este mundo con una misión que cumplir. Y lejos de mostrarnos ajenos a los asuntos temporales, sabemos que todo lo referido al hombre, también es nuestro asunto.

Los sacerdotes, llamados Ministros de Culto, según la ley, gozan, como todos los mexicanos, de los derechos a la libertad religiosa y a la libertad de expresión, tal y como lo establece y limita nuestra Constitución Mexicana. Por eso, acatan lo que puede y lo que no debe hacer un sacerdote católico, en nuestras próximas elecciones.

LO QUE PUEDE…

1.- Puede hablar y publicar todo lo que motive a la participación ciudadana en las elecciones.

2.- Igualmente puede hablar y publicar todo lo que lleve a ejercer el voto de manera libre, secreta, informada y responsable.

3.- También puede insistir en que todos tienen el derecho a la libertad religiosa y a la libertad de conciencia, en toda circunstancia.

4.- Por el derecho a la libertad religiosa, también tiene el derecho a proponer los valores cristianos sobre temas, como la vida, la familia, el matrimonio, incluso la doctrina social de la Iglesia, etcétera.

5.- Como Ministros de Culto pueden atender, de forma personal y privada, a los candidatos que así lo soliciten.

LO QUE NO DEBE…

1.- No debe apoyar públicamente a ningún candidato o partido político, ni directa ni indirectamente, en el templo o fuera de él.

2.- No debe, públicamente criticar o atacar a ningún candidato o partido político que esté contendiendo a los diversos cargos de elección.

3.- No debe distribuir ni permitir propaganda electoral de cualquier clase en el templo y en los anexos parroquiales.

4.- No debe permitir los espacios del templo y anexos parroquiales para realizar ahí cualquier reunión de propaganda electoral.

5.- No debe opinar públicamente a favor o en contra de ningún candidato.

6.- Debe evitar participar en eventos públicos de candidatos y partidos políticos, en el período electoral.

Y aunque estas disposiciones no las prohibiera la Constitución, los sacerdotes, como centro de unidad de nuestra comunidad, voluntariamente reconocerán a todos los candidatos y a los militantes de todos los partidos, como nuestros hermanos, siempre dispuestos a anunciarles el Evangelio, cumpliendo el deseo de Dios que quiere que todos los hombres se salven.