Por: Seminario Mayor Diocesano

La Etapa Discipular del Seminario Mayor de San Juan de los Lagos, celebró del día 25 al 27 de abril, las fiestas en honor a su nuevo patrono, san Juan Evangelista, el discípulo amado.

La celebración de esta fiesta patronal se cambia de fecha debido a las vacaciones, sin embargo, no deja de contener un ambiente espiritual que nos recuerda la figura de Juan en los acontecimientos de la salvación, sobretodo su cercanía con Jesús y con María.

La formación inicial tiene a bien proponer un camino de seguimiento, de discipulado, a los jóvenes que intentan formar su personalidad cristiana y responder al Señor en una vocación específica.  Así pues, san Juan, desde este año, será a quien encomendemos nuestra formación, para que interceda por todos los jóvenes que buscan reclinar su cabeza en el pecho del Señor, para escuchar su corazón, para escuchar su voluntad.

El día 25 de abril, con el tema “Juan, el discípulo joven”, comenzamos nuestra fiesta con las tradicionales mañanitas. Después, las laudes solemnes y una pequeña meditación, presidida por el diácono Luis Mauricio Macías, quien nos recordaba la importancia de ver a Jesús como lo veía Juan, desde el corazón. A medio día, el padre Luis Manuel González, bendijo la nueva Capilla de la Virgen de San Juan en el seminario. Por la tarde, el padre Heriberto García Arias presidió la Eucaristía. Durante la homilía, expuso la necesidad de seguir una formación joven, que no tema, que se entregue, que disfrute de la vida comunitaria para servir a los demás. Y para concluir este día, la variedad y la diversión se hicieron presentes en el concurso del Rey Feo, donde los seminaristas participaron haciendo reír, interpretando algunas canciones, y representaciones que amenizarían la noche.

El 26 de abril, el tema de “Juan el discípulo que escucha y contempla”, acompañó la jornada. El Rosario de Aurora, las mañanitas y un espacio de oración dieron inicio a este segundo día. Por la tarde tuvimos la oportunidad de tener un espacio de cine fórum, para ver la vida de san Juan en la historia de la salvación. Y en punto de las 7:00 pm, el presbítero José Andrés Gómez, presidió solemnemente las vísperas, donde nos compartía la riqueza de sentirse llamado, de caminar con Jesús y verle como un maestro, como un amigo, como el Señor. A las 9:00 de la noche comenzamos la Vigilia Patronal, presidida por el presbítero Ángel Méndez. La Eucaristía, la adoración, los cánticos del ritual de la Adoración Nocturna Mexicana, llenaron de vida este momento con el Maestro.

El día de la fiesta, el 27, llegamos a la conclusión de este triduo, “san Juan, el discípulo amado”. Por la mañana el presbítero Jaisiel Gregorio Ruz presidió las laudes y la meditación del día. Por la tarde tuvimos un espacio de convivencia en el torneo deportivo. Y a las 6:00 de la tarde comenzó la peregrinación con la imagen de San Juan. Nos acompañó la Danza de la parroquia de La Sangre de Cristo, así como las oraciones y los cantos en honor a nuestro nuevo patrono. Llegando al Seminario celebramos la Eucaristía, presidida por el presbítero Juan Manuel González, que nos recordaba cómo Juan supo confiar en el Señor, lo escuchó y llegó a ser un discípulo amado y amante, que se sentía con el Maestro y que estaba con Él. Y para cerrar con broche de oro, el mariachi Orgullo Sandieguense, amenizó de una manera excepcional la cena.

Damos gracias a Dios, que nos ha reunido en torno al discípulo amado, para que, como él, sepamos ser amigos del Señor, seguirlo y ofrecer nuestras vidas al lado de María.