Gracias un don especial de Dios, nuestra Diócesis de San Juan de los Lagos goza de una tierra propicia para el surgimiento de las vocaciones sacerdotales. En muchos de nuestros pueblos surgen jóvenes que están dispuestos a entregar su vida por causa del Reino de los Cielos en la vocación hacia el sacerdocio ministerial. Somos fruto de la sangre derramada de los mártires y de la fe en María Santísima. Debemos sentirnos afortunados, bendecidos y muy comprometidos con nuestro Seminario Mayor Diocesano de San Juan.

Actualmente, en nuestro seminario, cursan 338 seminaristas en las diversas casas de formación. Cada uno de ellos, según la posibilidad de su familia, aporta una cooperación para el sustento necesario, que equivale a una cuarta parte del gasto total de 7 mil 282 pesos con setenta y tres centavos por alumno. Nuestro seminario se mantiene gracias a la providencia de Dios manifestada en tantos gestos de caridad. También, de forma anual, en todas las iglesias de nuestra diócesis, se realiza la colecta a beneficio del seminario, este año el 1 de diciembre, donde los fieles colaboran de una forma cercana con los seminaristas que asisten a las parroquias, esta colecta nos aporta el gasto de un mes de todas las casas de formación. El doce por ciento del aporte mensual lo recíbimos de la Red de Amigos y Bienhechores del Seminario, que no solo nos ayudan con su cooperación económica, sino que se vuelve en un tesoro de oración que piden por los seminaristas y formadores. El resto de los gastos es cubierto por el Obispado, las parroquias, bienechores en especie, el Santuario de Santo Toribio y la mini granja del seminario.

Retomando el tema de la RABS, esta surgió por la necesidad de proveer de lo necesario para la formación de los futuros pastores. En ella se integran todo tipo de personas que, de forma constante, destinan una cantidad de dinero, determinada por cada uno, y que es entregada a los llamados “promotores y promotoras”, que son personas de las mismas comunidades comprometidas de forma generosa con el seminario. Los bienhechores económicos del seminario, desde sus posibilidades sostienen a muchos de nuestros seminaristas que por sus personales circunstancias no pueden cubrir los gastos requeridos, y ayudan ya sea de forma económica o en especie. Estás donaciones son entregadas a dichos promotores, a seminaristas conocidos de su propia comunidad o a los sacerdotes de la comunidad. A esta labor de recolección también se suma un grupo especial de seminaristas que, cada fin de semana, realizan su apostolado en tan importante misión para el seminario, así como un seminarista de le Etapa Intermedia y un diácono.

Gracias a la generosidad de muchas personas, pobres y ricos, nuestro seminario pueden andar y fortalecer los espacios formativos, por ello, la Familia Seminario, se siente agradecida de manera más que profunda, no solo por los recursos económicos, sino por las oraciones que van acompañadas por este, por el profundo amor que nuestra gente tiene por los sacerdotes y por el seminario. Sacerdotes y seminaristas son testigos este cariño profundo.

Cada día se celebra la Eucaristía pidiendo por cada bienhechor que cumple años, por cada bienhechor necesitado, por todos los que piden de la oración, por todos los que dan sin esperar nada a cambio. Cada seminarista está en deuda con la comunidad, aquella por la que se forma.

Gracias a cada uno de los que colaboran. Dios recompense su gran labor en favor de los futuros pastores. Así mismo, no podemos dejar de seguir invitando a la generosidad a aquellos que comprendan el compromiso que tenemos como Iglesia de ayudar en esta labor fundamental. La formación de los presbíteros es responsabilidad de todos.

Este domingo 25 de noviembre, los seminaristas de las distintas casas saldrán a la preparación del Día del Seminario para buscar hacer conciencia de la importancia de la oración, el fomento de las vocaciones y la integración de nuevos bienhechores.

Si usted lector quisiera ser parte de la red, le pedimos se ponga en contacto con nosotros al teléfono 395 78 5 14 14 o puede también hacer su donativo a la cuenta BBVA Bancomer 0146798586 a nombre de la Diócesis de San Juan de los Lagos, A.R.

Que nuestro Padre siga haciendo surgir vocaciones sacerdotales, y que nuestros jóvenes sigan respondiendo generosamente.