Hermanos todos en Jesucristo, pido al Señor Dios de la vida les bendiga en todo.

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Lleno de ternura llega el mes de mayo, con la celebración del día de nuestra Madre Santísima y de las mamás se engalana todo el mes. Inclusive quienes con nostalgia o a veces con tristeza, reciben este mes considerando la ternura de la mamá ya ausente. Es razonable que quien extraña a su madre, es decir: a la mujer que permitiera con el a la vida que estemos en esta existencia y también en la alegría y la fuerza de la fe; puede dolerse más o ser indiferente, pero en realidad, este mes nos llena de agradecimiento al hacer conciencia que coincidimos en el tiempo con alguien que nos ama como mamá y nos dio tanto que permanecen aún ahora sus obras en nosotros. ¡¡¡Felicidades a todas las mamás!!! Dios mismo nos quiso mostrar el valor y la dignidad de la maternidad al tener a María Santísima como Madre y así nos la deja desde la Cruz en la persona del apóstol san Juan (S. Jn. 29, 25-27). Aún cuando les celebramos en este día y en este mes, siempre, diariamente les queremos y celebramos su amor y cuidados. Que la Madre de Jesucristo y madre nuestra les consuele, escuche e inspire en su vida y misión. ¡¡¡Felicidades y Gracias!!!

Por otro lado, también estamos con la fiesta de la Ascensión de Jesucristo a los cielos, viviendo el novenario a la solemnidad del Pentecostés, que estas experiencia de Cristo vivo nos hagan considerar más la meta final: la vida eterna, la alegría y, así mismo, la fuerza de la ayuda del Espíritu Santo para realizar nuestra vida haciendo la voluntad de Dios y así lograr la meta final: Contemplar a Dios.

Felicitando a todas las mamás y en la hermandad y familiaridad que nos ha logrado la Madre de Jesucristo y madre nuestra, les bendigo al pedirle a Nuestra Madre Santísima de San Juan les cubra con su manto.

Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge. C. A.