“Mira que contenta estás, rodeada de flores, pero más contenta estás rodeada de pecadores”, citó el párroco, Efraín Florido Antimo, de la parroquia San Miguel Arcángel de la delegación del Cuarenta, Jalisco, durante la celebración de fiesta de Nuestra Señora del Refugio de Pecadores, haciendo alusión, precisamente, a la felicidad que sintió la feligresía al presenciar el momento de la celebración Eucarística donde se dio gracias a Dios por un año más de bendiciones y por tenerla en casa, refugiando en su seno maternal a todos sus hijos.

La Santa Misa de las doce del día fue ofrecida por los hijos ausentes; así mismo, a las seis de la tarde, se hizo un recorrido con la imagen de la virgen del Refugio por las principales calles de la delegación, para suplicar las bendiciones de Dios para todos los habitantes del Cuarenta.

“Alégrate llena de gracia, que el Señor está contigo; alégrate María, porque por ti la bendición de Dios Padre ha brillado sobre los hombres; porque por ti, María, que recibiste a Jesús en tu vientre virginal, fue posible que nosotros fuéramos amados y bendecidos por Dios; por ti, María, por ti que dijiste sí, por ti que trajiste al mundo a Jesús nuestra alegría. Le damos un fuerte aplauso a María, porque por ella hemos encontrado la salvación, por ella el Padre nos ha bendecido; sí, virgencita, por eso te amamos, por eso te reconocemos (…) Bendita seas virgencita del Refugio”, expresó el presbítero Efraín Florido.

Durante su prédica, el presbítero Florido Antimo, explicó brevemente la historia de la advocación de Refugio de Pecadores, invitando a los fieles a confiarse plenamente en la virgen María, sabiendo que ella es madre y comprende las necesidades de cada uno con la intención de acercarlas a Jesús.

“¿Verdad que no dice alcahueta de pecadores? No. Dice Refugio de pecadores… no crean que la virgen es alcahueta, es un refugio de pecadores (…) La celebramos el día de su coronación, el 4 de julio de 1719 día de su coronación”, explicó el párroco.

Agradecido con los fieles, el presbítero agradeció públicamente su ferviente y amorosa presencia durante el novenario a la virgen María bajo su advocación del Refugio; agradeció además, las generosas aportaciones de cada una de las personas que hicieron posible la fiesta en su honor.

“Eso es ser Iglesia; eso es estar participando de la Iglesia de los elegidos. Qué bien se ve, desde el más chico hasta el más grandote sesentón como yo, andar en las cosas de Dios; cada quien en lo suyo, haciendo a lo que a cada quien le corresponde (…) Bendito Dios que mueve corazones, que mueve voluntades”, felicitó.