Los momentos de fiestas para Dios son únicos, indescriptibles y llenos de sorpresas. Fue así como se vivió la romería de Subida de Nuestro Padre Jesús del Calvario, 2018.

Ante una multitud de miles de personas, la presencia por primera vez de un Obispo diocesano a la romería de Subida y de la entrega generosa de corazones sedientos de Dios, el Decanato Lagos comenzó las actividades de sus fiestas de agosto, mismas que concluirán el día seis, justamente con la fiesta patronal.

Los aplausos se escucharon a lo lejos, eso quiso decir que la venerada imagen de Jesús en su Pasión y que es patrona del municipio, acababa de salir del templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción. Le antecedían bloques de personas escenificando diversos momentos bíblicos en carros alegóricos, seguidos de danzas, músicos, bandas de guerra, otros fieles más ofreciéndose en persona con sus pies descalzos; algunos otros, llorando; otros más vistiendo la túnica morada de la Pasión salvadora, la misma que nos dio la prueba de amor más grande que en dos mil dieciocho años se pudiera dar.

Justo al frente de Nuestro Padre Jesús del Calvario, también le acompañaba como ofrenda la visita de nuestro Obispo diocesano, Jorge Alberto Cavazos Arizpe, quien acompañado por el párroco Tarcisio Martín Martín, y de los presbíteros, José Rodríguez Salazar, Juan Manuel Hernández Martínez, Hugo Osvaldo Vargas Graciano y Juan Francisco Sánchez Ortega, caminaban atentos para observar la fe de los fieles, que esperaban ansiosos el andar de la guardia que sostenía la imagen.

Monseñor Jorge Alberto se acercó al pueblo que Dios le confió en esta encomienda como Obispo de la Diócesis de San Juan de los Lagos, especialmente a personas de la tercera edad, a personas con discapacidad, enfermos, niños y bebés, dando una bendición en la presencia de Jesús, quien manso y humilde corazón, y con su mirada tierna y compasiva, observaba cómo su siervo bueno veía con especial afecto a todos aquellos de los que Él mismo tiene piedad.

“Qué hermoso testimonio hemos vivido todos nosotros, todos nosotros que hemos hecho una multitud, que estábamos esperando a Jesús, que en esta venerable y hermosa imagen de Nuestro Padre Jesús, nos recuerda ese ir por los caminos, como hoy mismo lo dice el Evangelio: Jesús ha salido del templo, lo ha expresado con este bajar hace un tiempo, hace unos días, para ir a las diferentes comunidades, pero también nos ha encontrado ahí, en la calle; ahí donde lo hemos aclamado como Cristo, como Señor, como nuestro Rey, como nuestro Salvador. Ahí se ha compadecido de todos nosotros sin excepción. No dudes que Él te ha mirado en su paso. No dudes que Él se ha compadecido de ti en lo que le has pedido, en lo que le has agradecido”, explicó monseñor Cavazos al inicio de la celebración Eucarística.

Sería posible escribir bellos poemas de las expresiones del rostro de los fieles al ser tocados por el Obispo ante los hermosos ojos del gran Hijo de Dios; observar sin cansancio las miradas de los feligreses al contemplar la bendición de Nuestro Padre Jesús del Calvario es una historia épica para las generaciones futuras, pues es así como un corazón reconoce a su Dios, porque sin fe, no hay nada.

¡Este corazón sediento te pide más amor para dar, para reconocer que tu Santo Nombre siempre estará por sobre todo nombre!