Como ícono invaluable de la educación, el Instituto Laguense cumplió 65 años de presencia Lasallista en Lagos de Moreno.

La Santa Misa fue presidida por Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, y concelebrada por el párroco José Luis Aldana Wario, el párroco Enrique Gómez Ulloa y el presbítero Cesare Casagranda en el templo parroquial de Nuestra Señora de la Asunción; con templo repleto de alumnos, docentes y presencia de los hermanos lasallistas, también se dio gracias a Dios por el pasado que ha dejado tanto para la sociedad laguense así como por los frutos de una vida dirigida por Cristo.

Con gran alegría, se llevó a cabo la celebración Eucarística para dar gracias a Dios por las más de seis décadas de presencia Lasallista en Lagos de Moreno, donde alumnos del Instituto Laguense de La Salle se reunieron con familiares, amigos, y docentes en el corazón del centro histórico para agradecer al Creador por un año más de formación, oportunidad y trabajo.

“Que buena expresión también de su fundador, queridos hermanos, de querer que el Reino de los Cielos inunden realmente a la mente, la voluntad, para ir conquistando esforzadamente también metas muy altas para todo el mundo. Que gran testimonio, que gran alegría saber que Dios está con nosotros”, reiteró Monseñor Cavazos en su homilía.

Nuestro Obispo diocesano también expresó que estos frutos que se han cosechado con el esfuerzo y el trabajo de decenas de hermanos, son ofrendas gratas a Dios, quien nos observa contemplando nuestros esfuerzos, nuestras fallas y debilidades en momentos de nuestra historia que tampoco borran ese destino de paz y santidad a lo que estamos llamados cada uno de nosotros.

“Señor qué quieres que haga, Señor qué quieres de mí; dime Señor en qué te puedo servir. Y al Señor le basta nuestro corazón, al Señor le basta nuestra fe en Él (…) Todos unidos a Cristo disfrutemos los valores del Reino de Dios y sigamos construyendo grandes cosas en nuestra hermosa ciudad, al construir grandes cosas en cada corazón de los que residen en esta ciudad. Muchas felicidades a todos por poner su fe y su corazón: maestros y maestras, trabajadores en general (…) Felicidades porque han ayudado en el progreso de esta hermosa ciudad, felicidades porque siguen motivando a seguir progresando”, explicó el señor Obispo en su prédica.

Monseñor Jorge Alberto no quiso despedirse sin exhortar a todos a ser mejores hermanos, mejores seres humanos, a seguir esforzándonos por un desarrollo integral en nuestras comunidades, a seguir siendo humildes en nuestro trabajo para entregar un suave aroma a Cristo con nuestras acciones diarias.

Al finalizar la Santa Misa, alumnos y docentes se reunieron en el atrio del templo para ser parte del momento de la fotografía aérea donde el señor Obispo también estuvo presente, dando testimonio a Dios de la alegría de sus obras buenas, de la huella que su amor inmaculado ha dejado en el corazón de nuestros hermanos Lasallistas.