Muy estimados hermanos, con este saludo Paulino que hago mío hacia ustedes, expreso la semana bíblica que hemos vivido en la diócesis, y que estoy seguro ha hecho grandes frutos en quienes han participado, o bien han tenido por su cuenta un conocimiento y encuentro con Dios mediante la Sagrada Escritura.

Agradezco a todos los que han organizado y llevado a cabo este momento feliz de nuestra experiencia de fe y de Iglesia; quien enseña a otro o lo conduce por el camino de encuentro con Dios vive una de las obras de misericordia y cumple el Evangelio. Dios les haya mostrado también a ustedes, expositores y organizadores, su bendición.

San Jerónimo, quien tradujo la Biblia al latín para poder divulgarla en la lengua eclesial de ese tiempo, es quien expresó: “ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo” (comentario sobre el libro del profeta Isaías). Por ello agradecemos que siempre como Iglesia hemos recibido y transmitido este don a toda la humanidad para provocar el encuentro con Cristo y así obtener la salvación. Como san Pablo lo expresa sobre la Eucaristía: “porque yo recibí del Señor los que os he transmitido” (1 Corintios 11,23). Y así ha sido, ciertamente con el debido cuidado en la interpretación de las palabras pues de ahí muchos han errado la unidad y perdido el sentido de lo que ahí aparece y quiere expresarse.

Así pues hermanos, tras esta muy buena oportunidad de haber profundizado la Escritura Sagrada, les pido no dejen de leerla, meditarla, orar con ella y sobre todo: esforzarse en vivirla, pues es sabiduría plena. Así mismo tenerla a la vista en un lugar digno manifestando que Dios guía e ilumina a quienes moran ahí.

La paz de Cristo, a quien también conocemos por la Sagrada Escritura, habite en ustedes.

Con mis oraciones y mi bendición: + Mons. Jorge C. A.