Con gran emoción la comunidad del Seminario Mayor Diocesano abrió sus puertas para acoger en su interior a miles de personas que atendieron al llamado de las misiones, en concreto en la ya tradicional Feria Misionera.

El Seminario Mayor Diocesano trata de fomentar la conciencia de la misión en todos los cristianos por el hecho mismo del bautismo, por ello encomienda a un grupo la animación de todo el año en este propósito. Si bien octubre es reconocido como mes de las Misiones, además del Rosario y de la Familia, es aprovechado este contexto para realizar este evento que busca motivar esta conciencia misionera y, a su vez, recaudar fondos necesarios para el mismo grupo que realiza el apostolado del tiempo de Cuaresma y Pascua en alguna comunidad necesitada que se encuentre fuera de la Diócesis de San Juan de los Lagos.

Este evento congrega a muchas personas de la ciudad de San Juan así como de los distintos puntos de la región. Se organizan distintas actividades, tales como kermesse, bazar, casa de la risa, música de banda, juegos, venta y rifa de animales, café misionero, una apertura, y de forma especial la Santa Misa.

Fue este viernes 12 de octubre que se realizó este evento. La misa estuvo presidida por el padre Miguel Ángel Escoto, originario de Santa María del Valle, incardinado a la prelatura del Nayar, y actualmente Rector del Seminario de aquel lugar. Luego de terminada la Eucaristía se realizó la apertura en medio de una representación alusiva a la conquista y la evangelización del nuevo mundo. Con esto comenzó la venta de alimentos y las demás atracciones. Más allá de un evento de recaudación de fondos, se hace un espacio de convivencia sana y fomentadora de espiritualidad.

Cabe resaltar la gran cantidad de personas que colaboran de distintas maneras, ya sea haciendo donaciones materiales o participando en la atención de cada puesto o elaboración de los mismos. En este sentido de vuelve una auténtica actividad eclesial que involucra a toda la diócesis.

La comunidad del seminario ve en esta actividad una oportunidad grande de crecer para quienes encabezan las actividades como para quienes se suman a la actividad. Nuestros hermanos se van formando para ir guiando al Pueblo de Dios en un futuro ministerio.

No queda más que agradecer a Dios por está bella oportunidad, a los sacerdotes del equipo formador que apoyan el grupo de tercero de la etapa Configuradora, a todos los seminaristas, a los bienhechores y a los asistentes. Un profundo y afectuoso gesto de admiración y compromiso de orar, así como por la entrega en el vida vocacional, que quedan en el corazón y mente de todos.

No podemos olvidar lo que dice el Papa en su mensaje en ocasión del DOMUND: La es una misión y para eso estamos en este mundo. Es la tarea de testimoniar el amor  y sobre todo, cómo lo dice el lema, llevar el Evangelio a todos.

La animación misionera seguirá. Ahora nos corresponde seguir pidiendo a Dios muchas vocaciones dispuestas a ir de misión ahí donde aún no conocen a Cristo.

¡Gracias!