A lo largo de este 2018, el Papa Francisco ha hecho de estas cuatro preocupaciones, tema de su pontificado.

El Santo Padre ha asumido con responsabilidad cada tema, llevándolo cada día como motivo de reflexión y motivación para que todo cristiano sea consciente también de las necesidades que tiene el prójimo no solo en el entorno cercano sino en el resto de la casa común; así mismo, Francisco poco a poco nos ofrece lo que va consolidando como su her encia como sucesor de Pedro.

CERCANÍA CON EL PUEBLO

El Papa que va al encuentro, el Papa que no se rinde en acercarse a la gente y atender su necesidad.

Nacido en un barrio de Buenos Aires, Francisco, ha expresado que proviene de una familia de inmigrantes que con el trabajo duro y responsable lograron salir adelante ante etapas adversas.

El Papa, más allá de expresar las principales barreras que a lo largo de su vida fueron marcando su historia, también refiere que han sido parte esencial para lograr comprender la necesidad del más pobre, para interpretar las miradas de dolor de la gente que necesita comprensión y ayuda en momentos sociales que marcan la historia de cada individuo.

En el caso de conflictos político-sociales, el Papa ha puntualizado sobre el papel que debe jugar la Santa Sede: “defender a los desprotegidos, que aliente el diálogo y la libertad, que reclame ante violaciones de los derechos humanos”.

DEFENSA DE LA JUSTICIA

El tema de la justicia el Papa Francisco lo ubica en el contexto de los esfuerzos mundiales para erradicar la pobreza, promover el empleo digno, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social. Detrás de estas preocupaciones está la consideración fundamental de la convivencia pacífica y próspera que solo es fruto de la superación de la inequidad entre los pueblos y entre las personas, así como de los esfuerzos de promoción y desarrollo de todos los seres humanos.

Para Francisco la justicia no es una cuestión teórica. Lo deja claro cuando habla del tema del trabajo. Para él, trabajo quiere decir: “dignidad”, “llevar a casa el pan de cada día”, “amar”. A esto se opone la precariedad que caracteriza a muchos empleos: “Es inmoral”, “mata la dignidad, la salud, la familia, la sociedad”.

LAS MIGRACIONES Y LA VIDA EN PELIGRO

Esta tercera preocupación va muy ligada con la anterior, pues el Papa Francisco no ha dejado de expresar su angustia con los muchos gestos y palabras que narran la situación actual y desoladora que viven los miles de refugiados y migrantes alrededor del mundo.

Siria, Libia, Yemen, la minoría musulmana rohingya en Myanmar, Congo, Nicaragua, Venezuela, la caravana de centroamericanos, lista que es más extensa de lo que muchos podríamos pensar; sin embargo el Papa Francisco no ha dejado de observar de cerca estos escenarios que ponen en riesgo la vida de miles de seres humanos que para buscar un mejor vivir y dejar de ser parte de las minorías que buscan igualdad, o mayorías que buscan salir de la pobreza extrema, han tenido que abandonar sus hogares y comenzar un peregrinar que apremia su voluntad y los lleva muchas veces a un cruel destino .

El Papa ha referido continuamente que no basta solo referirnos a este tema como un espacio para la solidaridad, sino que la misma Iglesia nos llama a acoger al hermano migrante como si fuera Cristo mismo quien toca a nuestra puerta y nos pide asilo, nos pide clemencia y fraternidad. El Papa reconoce que en el hermano que tiene que dejar su casa, su país, para ir en busca de un mejor porvenir, muchas veces pueden convertirse en víctimas de la esclavitud, el autoritarismo, la tortura e incluso la muerte.

REFORMAS

También hemos podido observar durante este 2018, así como en años anteriores las diversas acciones que el Papa Francisco ha ejecutado en el Vaticano con la finalidad de hacer más cercana la Iglesia para todos.

Con la reestructuración de la curia, Francisco sigue buscando dar respuestas más ágiles a los diferentes problemas que vivie la Iglesia hoy en día, así mismo, de la sociedad que hoy en día enfrenta retos que no pueden esperar.

Esto supone, también, una reforma a la gestión financiera, evitar gastos innecesarios, así como promover la transparencia y la responsabilidad. Estos cambios alcanzan a los medios de comunicación vaticanos, que actualmente pasan por la reestructuración.

La reunión con todos los presidentes de conferencias episcopales del mundo para profundizar sobre la problemática de los abusos a menores es un desafío a corto plazo.