Cada vez queda más claro que el nuevo gobierno mexicano no acaba de aprender que hay que valorar nuestro pasado para corregir nuestro futuro. Que hay que intentar ser iguales en lo que somos buenos y aspirar a ser diferentes en lo que podemos y debemos ser mejores.

Me parece un error quererlo ver todo blanco y negro: unos “pejes” y otros “fifís.” Esto es intolerancia, y la intolerancia nos divide y nos radicaliza. Enseñanza evangélica es que… si rechazamos la buena siembra de los pasados gobiernos, corremos el riesgo de arrasar la buena siembra con la mala, perdiendo así toda la cosecha.

El ecumenismo católico es una buena alternativa para cualquier gobierno. Y el ecumenismo parte del sincero anhelo de vivir y convivir los diferentes en una misma casa común. Y para eso, el mejor camino, es coincidir en lo que a todos nos une; darle prioridad a las tareas comunes que todos queremos. Y hay que hacerlo sin prejuicios de partido y dejando de lado los intereses de poder. El pueblo siempre quiere que todos trabajemos para el pueblo sin importar el color de los partidos.

A todos, más nos une el reconocer la verdad del otro, sabiendo que una sola es la verdad y que cada uno la tenemos en parte. Por eso la verdad siempre nos hace libres y buenos.

Muy bueno es recordarles a nuestros gobernantes de hoy, que la prisa por gobernar los está haciendo cometer costosos errores que termina pagando el pueblo. La euforia del triunfo de Morena no les garantiza que puedan gobernar sin los otros partidos y, sobre todo, pareciera que manipulando al pueblo con “cortinas de humo” y con verdades a medias es su primer esfuerzo. Aprendamos la lección que nos dan los caudalosos ríos. Su grande cauce solo la misma naturaleza del agua puede cambiarlo. Y eso pasa con los grandes cauces de los pueblos, no cambian por la voluntad de los poderosos. El pueblo mexicano es un río que tiene su curso, y su curso siempre será su curso. No olvidemos todos los mexicanos que nuestra patria mexicana ha de ser primero y que, los que la gobiernan, deben estar para servirla, y los mexicanos defenderla como es, y como queremos todos que sea.